Al cumplirse 15 años del fallecimiento de Aníbal Sampayo, integrantes del grupo cultural que lleva su nombre visitaron la Redacción de EL TELEGRAFO para recordar al músico y poeta sanducero, fallecido el 9 de mayo de 2007. Es importante señalar la fecha con exactitud, ya que existe una confusión al respecto, señaló el músico Óscar Pina, y en muchos casos se dice erróneamente que fue el día 10. “Falleció a las 23 y 15 del 9 de mayo, a pocos minutos del 10”, recordó Pina. La maestra Rosario Caamaño, por su parte, recuerda haber estado presente entre las 10 y media y las 11 menos cuarto “en la casa donde falleció Aníbal”. Entre otros detalles, recordó que apenas recibió la noticia, se trasladó al lugar, acompañada por la también maestra y poetisa Jesuina Sánchez. “Fue el 9, cerca de las 11 de la noche, en el hogar donde estaba”.
El comunicador Ricardo Gómez relató que fue consultado acerca de la fecha por familiares suyos que residen en Elizabeth, Nueva York, “con los que nos estamos contactando directamente por lo menos una vez a la semana. Hay una importante colonia de uruguayos, con mucha gente del Interior y de Montevideo, que se reúne en esta fecha. Hoy, a esta hora, posiblemente ya se habrán reunido, o se estarán por reunir, para brindar su homenaje. Ellos tienen ese ritual, en fechas patrias o fechas claves, y en esta me sorprendió. Ahí veo la importancia del legado que ha dejado Aníbal”.
El también comunicador Julio Retamoza, destacó la importancia de la trayectoria y el legado de Sampayo, especialmente sus aportes a la canción litoraleña. “Desde Paysandú deberíamos tener más homenajes a este gran artista, a este gran poeta, que por algo es reconocido a nivel internacional, y sigue siendo fuente de mucha inspiración para tantos artistas en todo el mundo. Por su entrega artística y cultural, nos parece que deberíamos siempre estar homenajeándolo, y no solo en esta fecha”, opinó.
Entre los recuerdos y la vigencia
El arquitecto Rubens Stagno compartió un texto sobre Sampayo de la escritora Carmen Borda, y recordó una vivencia vinculada a la labor de divulgación cultural que durante mucho tiempo el artista llevó adelante en las escuelas. “Cuando iba a la Escuela 1, que estaba en avenida Brasil y Perú, donde hoy está la Casa de Arte, un día la directora tocó la campanilla y nos reunimos todos, en el gran patio que tiene esa casona. Apareció un hombre con un arpa –instrumento que no conocíamos–, acompañado de alguien que recitaba. Después supe que ese hombre era Aníbal Sampayo, y el recitador era Eduardo Ramón Fonseca. Es el recuerdo que tengo”. Luego Stagno se trasladó a Montevideo, y volvió a ver a Sampayo muchos años después, al retornar a Paysandú. “Hubo un desfile de carruajes, que terminaba en plaza Colón, y él cantó ahí”. Caamaño valoró que la música de Sampayo siga vigente en el repertorio de innumerables artistas, incluso de jóvenes que no vivieron en la época, pero “han tomado sus canciones, las han transformado, las adaptan al rock. Me parece maravillosa esa siembra”.
