Y la Sociedad Suiza recibió a los niños…

Susana Oyarbide, dialogando con los niños.

El 9 de agosto, la vieja casona de 1906 –donde tiene su sede la Sociedad Suiza de Paysandú– se llenó de risas, aplausos, diálogos de niños. Habían llegado allí convocados por la maestra Susana Oyarbide, para disfrutar de una función de títeres. “¿Quién no conoce a la maestra Susana?”, dice Olga Fuletti, de la Comisión Directiva de la Sociedad Suiza. El llamado se hizo general, por las páginas de EL TELEGRAFO: “Teatro de títeres, hora 17, entrada libre”, decía el anuncio de la función, que comenzó con puntualidad suiza.
El encuentro tiene su particular historia, “a partir de un compromiso entre Susana y los niños en los lejanos días de mayo, cuando, a instancias de la bibliotecaria de la institución, y festejando el Día del Libro, nuestra querida maestra leyó cuentos, dialogó y pasó una hermosa tarde con los niños. Allí le preguntaron: ¿Y tus títeres?. ‘Oh, yo no sabía que les interesaban los títeres’, respondió Susana. ‘Pero les prometo que el Día del Niño nos encontraremos con ellos. Haremos una función’”.
Entre esos niños estaban Iker, alumno del Instituto Mafalda, y Julia, del Jardín Bajitos. Los padres de ambos se pusieron al habla con las maestras y directoras de los colegios, y la respuesta fue afirmativa. A la función no solamente se invitó a niños de 5 años de ambas instituciones, sino también a todos los que quisieran concurrir. “Por eso se invitó a través de EL TELEGRAFO, nuestro diario amigo de cada día”. Junto a los niños de Mafalda llegaron la directora Luisa Piaggio y las maestras Silvana Zapata y Valeria Correa. Y con los de Bajitos, la directora Celma Verocay y las maestras Natalia Fernández y Lucía Cardozo. Estuvieron presentes algunos familiares de los niños, y directivos de la Sociedad Suiza. La maestra Susana, descendiente de Suizos, los esperaba con su teatro ya armado y sus títeres, lista para actuar. “¡Qué emoción! Algunos niños nunca habían visto títeres. Y por una hora se mantuvo el interés de los niños, su atención y su activa participación en diálogos, risas y cantos”. El compromiso se cumplió. Fue una tarde diferente para todos los que participaron, y también para la titiritera, que no incursionaba en ese arte desde hacía 25 años. “La última vez había sido en la Semana de la Cerveza de 1997”, recordó. Al final se agradeció a los niños y a todos quienes fueron parte de la experiencia, especialmente a Susana, “que mantiene intactas sus cualidades de maestra, con mayúscula, dando a través de sus títeres mensajes de cooperación, alegría y participación entusiasta”, agregó Olga Fulleti.
Trabajo incesante
Con esta actividad, la Sociedad Suiza agregó una faceta más a su inserción en la vida cultural y social de Paysandú. Tras la pandemia, recordó Fulleti, este año la institución recibió al embajador suizo, Daniel Derzic, recorriendo junto a él las obras de los hermanos Poncini –también suizos–, relacionándose con nuestras autoridades y plantando un árbol en el Paseo de las Naciones. “Esta Sociedad Suiza albergó este año un ciclo de conferencias de los grupos ecologistas Gensa y Paysandú Nuestro; escuchó la historia de Paysandú, de la mano del ingeniero Leonardo Bulanti; recordó el Día del Libro; participó en el desfile de Paysandú Ciudad; festejó con un brindis para sus socios la Fiesta Nacional Suiza, y acaba de regresar de Nueva Helvecia, adonde fue invitada a los festejos patrios del 7 de agosto”, expresó. “Sin descuidar su sede –techada a nuevo, y con cielo raso recién colocado en la sala de actos– agrega la presencia de nuevas generaciones para que vayan conociendo su identidad. Queda abierta la puerta de la casa de los descendientes de aquellos suizos que llegaron a Paysandú en la década de 1860 en adelante y trajeron sus oficios, su adhesión al trabajo y su afán de comenzar una nueva vida en estas tierras que los acogieron con generosidad. A través del Coro Suizo, las clases de arpa y canto de Ruth Váucher, el cultivo de los idiomas alemán, francés, italiano e inglés, sus excursiones, su relacionamiento con otras colectividades, su blog y su presencia en las redes, la Sociedad Suiza continúa trabajando”.