De lo obtenido por la venta “no les corresponde nada a los trabajadores” de ex Pili, según Lideco

Una vez que se termine el contrato con una empresa por las cámaras de frío, se venderá o subastará el edificio, según Lideco.

La Liga de Defensa al Consumidor (Lideco), que actúa como síndico para la liquidación del activo y pasivo de Pili S.A, avanza sobre el proceso establecido en el expediente concursal desde agosto de 2018. Luego de la venta de maquinaria de la planta quesera el 1º de setiembre por un millón de dólares, transcurre el plazo para el traslado a Fray Bentos, donde se encuentra su nueva propietaria, Jugos del Uruguay, que expandirá su producción.
Fernando Cabrera, encargado de Servicios Jurídicos en Lideco, confirmó que de lo obtenido por la venta “no les corresponde nada a los trabajadores porque esos activos estaban gravados con prenda o hipoteca. Entonces, el que cobra de ahí es el acreedor prendario o hipotecario. Los bienes para distribuir son los que están libres de gravámenes. En este caso, tanto la planta quesera como la secadora de suero están prendadas a favor del Banco República y también los inmuebles. Por eso, de este producido no le corresponde a los trabajadores”.

En 2018, EL TELEGRAFO informó que el pasivo documentado por Pili superaba U$S 62 millones, al tiempo que la totalidad de sus bienes –de acuerdo a la tasación del remate— ascendía a U$S 37 millones. Específicamente la deuda a los bancos –en préstamos con o sin garantías– se estableció en casi U$S 51 millones. La deuda con los trabajadores es más de U$S 1,6 millones, con productores y fleteros es de U$S 1,1 millones, con otros proveedores y entes públicos es aproximadamente U$S 8,5 millones.

NO HUBO INTERESADOS

Cabrera consignó que la venta se produjo porque “no estamos teniendo interesados por los activos. Ya se hicieron dos procedimientos de licitación, se buscaron interesados en la compra, no solo en la región –porque vinieron de Argentina, Brasil y Chile— sino que recibimos de México y China. Es decir, se trató de colocar el inmueble con esos posibles interesados pero no tuvimos ninguna propuesta concreta de compra”.
Explicó que “desde hace más de 4 años se está buscado qué hacer con esto y estos años han demandado cuidados y custodia para evitar robos o daños. Hubo que cuidar y gastar en la custodia de los bienes y lo hizo la cooperativa de trabajo Cosepi. Se les pagó para que lo hagan y se invirtió mucho dinero en mantenimiento”.

Cabrera informó que “en un momento dado, el acreedor prendario colaboró con eso y después, cuando dejó de colaborar, se pagó con el producido por el arrendamiento de las cámaras de frío. Además, hay que contratar un seguro y pagarlo. A esto debe agregarse el pago de la energía eléctrica”.
Definió que “este es un proceso de liquidación sumamente crítico porque se ha buscado preservar la unidad de los bienes y seguir con los emprendimientos. Pero han pasado 4 años y no tenemos a nadie que haya venido a invertir o a ofrecer algo concreto, salvo Jugos del Uruguay”. Recordó, a modo de anécdota, que “un mexicano ofertó un dólar y al mes retiró la oferta”.
El abogado de Lideco agregó que “tampoco hubo interesados en la venta en bloque, resuelta por el BROU. Y así llegó este inversor, con un ofrecimiento concreto y lo tomamos. Dimos vista al juzgado y puso de manifiesto –para quien pudiera estar en contra de la operación– un plazo de cinco días. Nadie dijo lo contrario. Ni siquiera los trabajadores”.

Orden para cobrar

Preguntado sobre el orden de los acreedores para cobrar, Cabrera señaló que “sobre los bienes prendados cobra el acreedor. Después se pagan las deudas posconcursales y, dentro de ellas, encontramos las deudas de los trabajadores. Hablamos de las deudas posteriores a agosto de 2018, entre las que se encuentran los créditos laborales. Los despidos se generaron con posterioridad a esa fecha, porque hay deudas laborales anteriores a agosto de 2018. Pero no las consideramos porque no habrá posibilidades de agotar el pasivo posconcursal”.

El representante del síndico informó que “está determinado lo que se debe pagar a cada uno. Se han hecho entregas y quedan impagos, pero –reitero– una cosa son las deudas anteriores y otra las posteriores al concurso”.

Además de las plantas quesera y secadora de suero, “también estaba prendada la maquinaria de la vieja planta y los padrones ubicados en el centro de Paysandú. Ese edificio fue adquirido por el BROU con su crédito hipotecario y lo cedió a un tercero en todo su derecho”. A esto deben sumarse los tambos, equipamiento industrial, una casa y una flota de 14 vehículos.
“El deudor de los créditos es Pili porque contrató para hacer su planta industrial. Y se endeudó porque necesitaba 450.000 litros de leche para llegar a su punto de equilibrio, que nunca pudo conseguir. Ni teniendo campos propios. Llegó a producir un máximo de 150.000 litros y al hacerlo por debajo de lo que necesitaba, perdía plata”.

El tiempo actual

Cabrera confirmó que ahora transcurre el plazo de 120 días que tiene la empresa Jugos del Uruguay para desmontar la planta y llevársela a Fray Bentos. “Con la cooperativa se acordó que cumpliera una función y también para que generen jornales. Ellos tiene que controlar las máquinas que están incluidas en la compra-venta o evitar perjuicios en el inmueble”.
El abogado adelantó que “una vez que Jugos del Uruguay se lleve su maquinaria, se venderá o subastará el edificio. Ahora hay un contrato de arrendamiento por la cámara de frío a una empresa, a la que le quedan unos meses. Pero cuando finalice ese plazo, Lideco está habilitada a proseguir, tal como nos pide el BROU y nos marca la ley”.

Consultado por la secadora de suero, el representante del síndico indicó que “se encuentra dentro de las cosas a licitar o subastar. La empresa Nortesur no quiso continuar con su proceso de inversión”.
Concluyó que “se ha tenido la mayor buena voluntad del BROU, que puso mucha plata en el mantenimiento porque a todos nos daba pena desmontar una planta de última generación. Pero nadie quiso seguir con esto. Y, por último, no sorprende que haya un interesado a 120 kilómetros de Paysandú que puede hacer funcionar una planta quesera. Acá hubo un interesado que vino, ofertó y al BROU le interesó. Por eso, vendió”.