Jornada de limpieza en la isla Caridad

El pasado domingo un grupo de amigos del club de canotaje y kayakismo sanducero Amandayé Ipeguá realizó una jornada de limpieza en la isla Caridad.
Danilo López, presidente de la institución, explicó a EL TELEGRAFO que este tipo de actividades se enmarcan en los objetivos del club, “por cuanto el Amandayé Ipeguá promueve el cuidado del medio ambiente y en especial de los cursos de agua naturales. En ese sentido va mucho más allá de lo que es un club náutico como se lo concibe generalmente, porque por la propia actividad que desarrollamos estamos muy en contacto con la naturaleza”.

Fue así que temprano en la mañana se reunió un grupo de socios que decidió apoyar voluntariamente la propuesta y se dirigieron en canoas hasta el extremo norte de la isla, que si bien es argentina es mayormente visitada por sanduceros debido a la proximidad con nuestra ciudad.
Allí emprendieron las tareas de limpieza, juntando todo tipo de residuos dejados por visitantes o que llegaron arrastrados por el mismo río. Luego lo colocaron todo en grandes bolsas de basura que transportaron para ser dispuestas correctamente.

“Si bien la Caridad no es una de las islas más ‘sucias’ porque quien vive allí, Pedro Bell, mantiene la higiene del lugar, igualmente se han formado basurales y se encuentran muchos residuos en la arena”, dijo López a EL TELEGRAFO.
“Lamentablemente mucha gente no tiene conciencia y deja sus desperdicios en la playa o en el monte, pensando que con el tiempo desaparecerán como por arte de magia, sin tener en cuenta no solo la contaminación sino el riesgo que supone para otras personas o para ellos mismos en el futuro”.

“Por ejemplo, se suelen encontrar vidrios de botellas rotas ocultos bajo la arena, latas de conservas, plásticos, tanzas –a veces con anzuelos–, cubiertos viejos, partes de electrodomésticos, conservadoras, etcétera. Basta imaginar lo terrible que puede ser pisar descalzo un traste de botella rota o el filo de una lata dejada tras un campamento; un momento de distensión en un día esplendoroso puede terminar en una tragedia por una simple irresponsabilidad de alguien que no midió las consecuencias de sus actos. Incluso hemos visto accidentes con un escarbadientes de plástico clavado en un pie, que por suerte no fue nada grave”.

Respecto a la jornada, explicó que “con esto hacemos lo que más nos gusta, que es remar y disfrutar de una mañana espectacular en el río, y a la vez aportamos nuestro granito de arena por el medio ambiente”. La actividad permitió recuperar varias bolsas de residuos tamaño industrial repletas de basura y restos de electrodomésticos, que posteriormente fueron desechados correctamente por el grupo de los “amigos junto al río”, como indica el nombre del club en guaraní: Amandayé Ipeguá.