Nacional marcó una clara superioridad clásica

Clásicos son clásicos. Y pese a que ayer se dio la lógica, no es una frase hecha: cualquier cosa puede pasar.
Pero ayer Nacional fue totalmente superior a Peñarol en el Parque Central. Le ganó 3 a 1 por la cuarta fecha del Torneo Apertura, pero podría decirse que le hizo precio en el primer tiempo.
Es que, más allá de que la imaginación llevaba a pensar que Nacional podía pasarle por arriba al carbonero, teniendo en cuenta cómo llegaban uno y otro, la realidad hizo que ese partido se plasmara en la cancha en esa primera etapa.

Peñarol no tuvo reacción. Y Nacional se adueñó de terreno y pelota ante la desesperación del rival.
Pero al dueño de casa le faltaba ese gol que le diera tranquilidad. Y llegó con un cabezazo de Laborda, tras un córner, cuando se iba el primer tiempo. Fue el gol de la tranquilidad, el que comenzaba a traducir en el tanteador el momento de uno y otro. Todo pareció liquidarse cuando Suárez, el que estuvieron posadas todas las miradas, marcó el segundo.
Recibió de un lateral. La pidió de frente, y se fue dando vuelta a medida que la pelota picó. Y la calzó de primera para mandarla cruzada a la red.

Después, Peñarol intentó. Incluso llegó al descuento y cuando quería tomar impulso, el partido se detuvo por problemas en las tribunas.
El parate enfrió a Peñarol. Y Nacional absorbió el descuento sin problemas, y fue por más. Cándido, tras buena jugada que terminó por ensuciarse sobre el final, liquidó las cosas. El clásico estaba liquidado más allá de que Peñarol llegó en un par de ocasiones, encontrando a Rochet seguro. Pero los mirasoles no tenían ideas. Y ya era tarde para reaccionar ante un rival que en el primer tiempo le perdonó la vida, pero que ganó cómodo, como es la ventaja que sacó en las dos tablas ante el rival de siempre.