Mientras en Argentina el comercio se frota las manos por compras de los vecinos, en esta orilla hay desazón

La crisis constante de Argentina ha creado un desequilibrio tal en la economía que pone en jaque a las ciudades fronterizas con Paraguay, Brasil y Uruguay.

Mientras los comercios del litoral uruguayo –sobre todo los de Salto y Paysandú– no ocultan su profunda preocupación por la situación que les afecta y las consecuentes expectativas negativas que tienen de cara a las ventas de las fiestas de fin de año por el cruce masivo hacia la vecina orilla, en Argentina la situación se da al revés, por cuanto los comerciantes de zonas limítrofes apuestan a que los compradores de los países vecinos –incluidos los uruguayos, naturalmente– les salven la zafra, agregado a las compras habituales.
Según da cuenta un artículo al respecto en diario Clarín, de Buenos Aires, los compradores paraguayos en Misiones y Formosa, más los uruguayos en Entre Ríos y Corrientes, le suman ingresos a los comerciantes locales, con menos clientes de los habituales.

Así, en el caso de los comercios de Posadas los compradores que llegan desde la ciudad paraguaya de Encarnación buscan principalmente pan dulce y sidra que luego revenden en su país. “Notamos que hubo un incremento en las ventas en la última semana. Los productos navideños llegaron a fines de octubre y ahora están saliendo más. Nosotros estimamos que más del 20% son adquiridos por extranjeros”, sostuvieron en una de las cadenas mayoristas que tiene sucursal en la capital de Misiones.

En este caso los paraguayos tienen límites en las compras: no más de $a 60.000 de un solo producto y no pueden facturar por más de $a 200.000 mensuales.
Algo similar ocurre en Formosa, por cuanto los paraguayos entran por Clorinda y se llevan productos alimenticios, dando lugar a colas de hasta 8 horas para entrar. Fundamentalmente compran alimentos y combustibles. También van comerciantes pequeños a las zonas de los mayoristas y luego revenden en Paraguay.

Se da el hecho de que en general los compradores paraguayos buscan los productos más baratos con el objetivo de ganar en la reventa, pero los fines de semana se trasladan familias a abastecerse para sus hogares, optando en este caso por marcas de mayor precio, volcándose actualmente por las compras de productos navideños fundamentalmente.
A su vez en la frontera con Brasil, los comerciantes argentinos dijeron que todavía no hubo una explosión en las ventas, pero se espera un mayor flujo de compradores a partir de la primera semana de diciembre, aunque existe el inconveniente de largas esperas en Migraciones, lo que hace que muchas personas se cansen de esperar y desistan de cruzar a comprar del lado argentino.
Mientras tanto, destaca Clarín que en Entre Ríos esperan que la ocupación hotelera a partir de ahora sea muy alta, debido sobre todo a la presencia de uruguayos que vayan a festejar las fiestas en los restaurantes y bares de la provincia a lo que se agrega el consabido cruce para cargar nafta y las compras masivas diarias de mercaderías en los comercios locales.

Diferencia de precios se mantiene

Pese a la elevada inflación argentina, del orden del 7 por ciento mensual, igualmente la brecha de precios entre una y otra orilla se mantiene, debido a que se sostiene el fuerte desfasaje cambiario, lo que hace que los productos sean un 120 por ciento más caros promedialmente del lado de Paysandú y Salto que en las ciudades entrerrianas, con valores que incluso llegan a ser el 176 por ciento más caros en determinados rubros.

Según el Observatorio Económico de la Universidad Católica, en su último informe de Índice de Precios Fronterizos, una canasta navideña que para los uruguayos saldría unos 150 a 200 pesos en las ciudades entrerrianas vecinas –caso concreto de Colón y Concordia– del lado uruguayo tendría un costo de unos 900 pesos, con los mismos productos.

Mientras tanto los centros comerciales de la región –fundamentalmente los de Paysandú, Salto y Río Negro– siguen reclamando medidas del gobierno nacional para tratar de mantener de alguna forma la actividad comercial en las respectivas ciudades, donde peligran puestos de trabajo en las empresas locales y ya se han generado despidos y el pasaje de personal al Seguro por De sempleo.

Las medidas que se piden incluyen naturalmente un mayor control en las respectivas aduanas, porque con la medida de los cinco kilos por persona “no alcanza” y tampoco se observa una aplicación más o menos estricta de esta norma como paliativo a la situación. En tanto, los planteos que han formulado legisladores de forma individual con iniciativas legales en el Parlamento todavía siguen a estudio y además no llegarían al nivel de efectividad que se reclama por los empresarios en cuanto a poner más o menos en un pie de igualdad o cercano a los precios entre una y otra orilla, habida cuenta del tremendo desequilibrio que genera la situación en Argentina.

El presidente Luis Alberto Lacalle incluso se ocupó del tema en recientes declaraciones, cuando dijo que si bien se es consciente de la situación en Salto y Paysandú, hay pocas cosas posibles de ensayar desde el punto de vista práctico para llevar adelante en este escenario, por cuanto incluso sin la aplicación de impuestos el costo del lado uruguayo siempre sería muy superior a productos similares del lado argentino, ante la enorme brecha cambiaria.

Desde el punto de vista político, la voz cantante del litoral en la materia la está llevando adelante el intendente de Salto, Andrés Lima, mientras esta actitud contrasta con el relativo y escaso protagonismo de sus colegas de Paysandú y Río Negro, Nicolás Olivera y Omar Lafluf respectivamente, quienes si bien han participado activamente en gestiones ante el gobierno y organismos nacionales, en procura de medidas específicas para sus departamentos fronterizos, no ponen especial énfasis en la continuidad de reclamos de acciones contundentes que permitan atender esta realidad que está afectando al comercio del litoral uruguayo.