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“El balance es negativo”

“El balance es negativo, porque lo más importante es el resultado, y fue negativo. Para nosotros el balance principal es ese. Después hay cosas positivas dentro del funcionamiento, de las gestiones que se hicieron, cómo se trabajó, pero el resultado es lo que marca”, dijo a EL TELEGRAFO el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, desde Qatar mientras observaba el partido que jugaron España y Marruecos por los octavos de final del Mundial de Qatar 2022.

La Celeste quedó eliminada rápidamente en un grupo parejo, aunque sin rendir como se esperaba.
Alonso dejó en claro que la participación celeste dejó ese balance negativo, pero destacó que hubo cosas positivas porque “todo funcionó bien, todo lo que se previó se logró, lo que trabajamos por fuera se consiguió, la convivencia de la delegación fue excelente, todos los elementos que compramos para el trabajo son excelentes y los estamos llevando para Montevideo. Hay muchas cosas muy buenas, pero después están los resultados”.

¿Cuál es la explicación a esta rápida eliminación celeste, que estuvo lejos de poder concretar aquello que el entrenador manifestó en la previa, de ir a pelear arriba?
Ignacio Alonso apunta a que “los resultados fueron todos justos”.
“Creo que dentro de la injusticia está no haber empatado contra Portugal, porque fuimos merecedores del empate. Pero después, en cuanto a los resultados la verdad que no hay mucho para agregar ni sacar. Lo único que uno tiene en cuenta es la incidencia de errores arbitrales, que en lo personal fueron importantes, porque si no nos cobraban aquel penal, estábamos en octavos de final”, agregó haciendo referencia al penal que el iraní Alireza Faghani cobró a instancias del VAR a José María Giménez, y que a la postre terminó siendo clave para que Uruguay, más allá de su pobre rendimiento en los dos primeros partidos, no clasificara a octavos.

“Lo reconoció el propio Collina”, señaló en alusión a que Pierluigi Collina, actual jefe de arbitrajes de la FIFA y considerado como uno de los mejores árbitros de la historia, señaló en una charla que ese penal no debería haberse cobrado.
Pero la Copa del Mundo 2022 ya es historia para la Celeste. Ahora, la pregunta del millón es qué decisión tomará el Ejecutivo de la AUF, comandado por Ignacio Alonso, con respecto al entrenador de la selección, teniendo en cuenta dos aspectos: que en febrero o marzo deben llevarse adelante las elecciones de la AUF, y que en marzo comenzarán las eliminatorias.

“La última vez que hablé con el entrenador fue el domingo de noche”, dijo el presidente. Y anunció que la idea es dejar el tema definido en diciembre. Por lo pronto, Alonso dijo que “dentro de 10 días nos sentaremos a hablar con el entrenador”, con la idea de liquidar el tema: o se le renueva el contrato o se va por un nuevo nombre.
El dirigente apuntó otra vez a que “nos vamos a sentar a hablar con él y después vamos a ver”.
La idea primaria que plantearon los dirigentes es la continuidad de Diego Alonso. Pero el propio entrenador no daría ese paso, según ha trascendido.

Por eso, el objetivo es sentarse a dialogar con el “Tornado”, hacer un repaso de lo actuado y proyectar a futuro.
¿Plan B? Seguramente debe existir, aunque el presidente de la AUF. No habló al respecto y apuntó que el primer paso es hablar con el DT saliente. ¿El resto de los nombres que circulan? “Son nombres que largaron, pero nosotros no manejamos ninguno”, dijo.
Alonso prepara las valijas. “Vuelvo en un par de días”, dijo. Y seguramente se encontrará con varios dardos que apunten al Ejecutivo desde los clubes. Es que, no es un hecho menor, se vienen las elecciones, con todo lo que ello supone.

Giménez, el  complicado

“Los casos son totalmente diferentes y el más complicado es el de Josema (José María Giménez), por lejos”, dijo Ignacio Alonso sobre los expedientes que abrió FIFA luego del partido ante Ghana. Varios jugadores reclamaron airadamente por el arbitraje, Giménez golpeó con el codo al director de competiciones de FIFA en la nuca, Cavani tiró el monitor del VAR al piso, y también fueron denunciadas la propia AUF, Godín y Muslera.

Se especula que la sanción para Giménez puede ser de hasta 15 partidos.
Uruguay tiene 10 días para realizar los descargos y FIFA luego se expedirá sobre la sanción, que podrá ser recurrida ante el Tribunal de Arbitraje Superior (TAS).
El abogado que defenderá a la AUF será el argentino Ariel Reck, que ya ha trabajado con AUF. El profesional está especializado en derecho deportivo.
Además, se dio a conocer que uno de los expedientes abiertos a la AUF es por cantos homofóbicos y discriminatorios de los hinchas celestes durante el partido ante Ghana.
Los cánticos fueron registrados en videos por FIFA, y forman parte del expediente.

Las sanciones que se esperan son duras. Para la AUF económicas, pero sin dudas la mayor incertidumbre pasa por lo que sucederá con las denuncias a los jugadores y especialmente a Giménez, quien de los denunciados es el que será número puesto en las eliminatorias. → Leer más

Opinión

¿La ciencia se ap(h)arta del camino diplomático?

Uruguay fue sede de la Conferencia Global de Plásticos, un ámbito en el que se buscó fijar una postura para avanzar en un tratado para buscar soluciones de alcance global a la contaminación por plásticos. La declaración final de la delegación de nuestro país, presentada por el director de Jurídica del Ministerio de Ambiente, Marcelo Cousillas, es una síntesis de todo lo que se espera y de cómo funcionan estos ámbitos multilaterales de diálogo, el instrumento que el mundo ha empleado para hacer frente a la crisis ambiental. Por esta vía se han logrado acuerdos y protocolos, instrumentos con los que se ha pretendido enfrentar, por ejemplo al calentamiento global, con escaso éxito, pero anteriormente al agujero de la capa de ozono, acaso con mejor suerte.
“Uruguay apoya la declaración regional realizada por Colombia, en nombre del Grulac (Grupo Latinoamericano y del Caribe, es el grupo geopolítico que reúne a los Parlamentos Nacionales de varios países de la región) y al respecto, destaca el valor que otorga al multilateralismo, como la vía adecuada para encarar y solucionar problemas de alcance global, como la contaminación por plásticos”, expresa la declaración uruguaya.

Prosigue señalando que “será fundamental que nuestras negociaciones puedan contar con una nutrida actividad intersesional y con financiamiento para ello, en la que se puedan realizar tanto reuniones técnicas, como reuniones regionales preparatorias. Pero dada la brevedad de los plazos, será necesario que tengamos lo más pronto posible, una identificación suficiente y detallada de los elementos que deberá contener un instrumento jurídicamente vinculante, de forma que la segunda sesión de esta Comité pueda seguir avanzando de forma decidida”.

Agrega que “Uruguay seguirá bregando para el resultado de este proceso sea un acuerdo ambiental internacional con obligaciones y medidas de control, que promueva la producción y consumo sustentables y la reducción y eliminación de plásticos problemáticos y sustancias peligrosas y aditivos, asegurando una transición justa basada en la economía circular, contando con Planes Nacionales de Implementación (NIP), como herramienta fundamental para la aplicación, adaptación y cumplimiento de las obligaciones que prevea el futuro acuerdo”. Este acuerdo multilateral deberá tener “un enfoque de derechos humanos”, que contemple: “el derecho de todos a gozar de un ambiente limpio, saludable y sostenible”; “el derecho a la salud, especialmente de los trabajadores y de los más vulnerables”, y también “los derechos de acceso a la información, la participación y la justicia, tal como desde tiempo atrás lo establece el Acuerdo de Aarhus y, más recientemente, en esta región, el Acuerdo de Escazú, adoptado en Costa Rica en 2018”.

Además insta Uruguay en su documento “a la comunidad científica, a la academia y al sistema de Naciones Unidas” a realizar presentaciones escritas “respecto de los efectos sobre el ambiente y la salud humana, derivados de los plásticos y de los aditivos peligrosos utilizados”.
Los que no parecen estar del todo de acuerdo con esta forma de llevar las cosas son un grupo de científicos que se han dado en llamar Rebelión Científica (originalmente en inglés Scientist Rebellion), una rama relacionada con el movimiento internacional Rebelión o Extinción, que integran expertos climatólogos y ecólogos, que ha venido llevando a cabo acciones de protesta y desobediencia civil en rechazo a lo que consideran una inacción de parte de los gobiernos del mundo frente al cambio climático.

Entre otras cosas buscan que se reconozca que “ya no es posible mantenerse por debajo del límite de calentamiento global de 1,5ºC fijado por el Acuerdo de París”, y de paso, piden “la cancelación de la deuda de los países del sur global y la descarbonización inmediata de su sector del transporte”. Para esto, en octubre, más de 100 científicos y académicos de 12 países asumieron el riesgo de ser detenidos y encarcelados en Alemania, un país que consideran emblemático por lo que significa para Europa por su peso económico y político. Se reunieron bajo el lema “Unidos contra el fracaso climático”.

Peter Kalmus, climatólogo estadounidense y miembro de Scientist Rebellion, afirmó que no ve “ninguna prueba de que los líderes mundiales se estén preparando para realizar los cambios radicales necesarios para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Ha llegado el momento de admitir ante la opinión pública que no existe una vía real para mantenerse por debajo de 1,5°C”.
Las críticas apuntan también a los subsidios a los combustibles fósiles.

“Los científicos de la vida han documentado el exterminio de especies y la destrucción de ecosistemas con un detalle exasperante. Sin embargo, nuestras medidas, predicciones y conclusiones son ignoradas de manera abrumadora por los políticos, que tienen el poder de detener este proceso. Incluso mientras los investigadores escriben innumerables advertencias e informes sobre la emergencia biosférica, la situación empeora cada año”, refirieron en su declaración en el marco de estas protestas, justificando la acción llevada adelante y realizando un llamado a nuevas movilizaciones no violentas de desobediencia civil.

Esto puede ser un preocupante indicio de los tiempos que se vienen, en el que la academia y el mundo científico se paren firmes ante un sistema político mundial que se enfoca en alcanzar apenas acuerdos mínimos, evita afectar determinados intereses, pero no logra acercarse a las soluciones que –a juicio de los científicos– se necesitan. Un problema de muchas puntas, donde quizás la “culpa” no sea completamente del sistema político. La pregunta es: ¿hasta dónde el mundo está dispuesto a cambiar? → Leer más