El espacio de Arte de Cajupay, lugar para expresarse y generar vínculos

El espacio de Arte de Cajupay presentó al término de 2022 una exposición de aproximadamente 75 obras que realizaron durante el año los alumnos de este taller, a cargo del profesor Fernando Irecio. A propósito de esta propuesta, Pasividades de EL TELEGRAFO dialogó con este docente, quien además es el artista que realizó la fachada del campo de girasoles que hoy luce la Casa del Jubilado y que fue inaugurada el pasado diciembre.
Esta muestra recogió el trabajo realizado entre marzo y diciembre por unos nueve alumnos y refleja el gran interés que concita este taller con una alta producción de obras, destacándose en tal sentido que si bien es una actividad que se realiza en Cajupay, “es abierta a todo público”, sin importar la edad, como aclaró el entrevistado. En este taller, si bien “la gente va a aprender técnicas de lo que está vinculado a las artes plásticas en general, dibujo, pintura, collage, entre otras, el énfasis se vincula con el tema de afianzar los vínculos”, explicó. Se apunta a “que la gente tenga un espacio para expresarse y, a su vez, tener la posibilidad de administrar su tiempo generando obra, creando obra, y generar un clima para ello”, precisó.

Ello cobra particular relevancia, si se tiene en cuenta que “no hay muchos espacios donde la gente mayor tenga la posibilidad de ir y de disfrutar”, observó el docente. “El taller está enfocado a adultos”, más allá de que la propuesta sea abierta a todo público, reafirmó. Con ese propósito “se hace énfasis en ese vínculo” que se genera, porque es un lugar también para el encuentro con sus pares, donde “se pueda escuchar música, hablar, tomar un café y, al mismo tiempo, se van aprendiendo técnicas. Como es un trabajo personalizado cada uno trabaja en su obra, pero a su vez, se pone a consideración, se muestran, se evalúan en el colectivo; todos vamos mirando, vamos sugiriendo, vamos viendo si hay algunas cuestiones que están acertadas y otras que necesitan más trabajo y lo hacemos entre todos. También hay muchos asistentes que son maestros jubilados o profesores de dibujo jubilados, entonces, hay conocimiento, y también es revalorizar el trabajo de cada uno. Siempre trabajamos en base a eso, generar un clima de trabajo, compartir un momento, charlar, y generar obra, la idea es convivir en ese espacio”, describió.

Una cuestión no menos importante es el disponer “un espacio físico preparado para trabajar”, del que muchos según ellos mismos expresan, no cuentan en sus casas, en tanto en Cajupay existe ese lugar “acondicionado para generar obra”, observó Irecio. El aporte docente, donde “uno hace sus críticas desde lo positivo, desde la construcción”, apunta también a “llevarlos un poco más allá, sacarlos de la zona de confort, pero también se genera eso, como una gran familia, en un espacio de creatividad”. También se intenta, cuando “a veces hay gente que viene con determinada problemática, sacarlos un poco de la realidad y abstraerlos y mantenerlos en un espacio cuidado”, apuntó.

“ES UN RECONOCIMIENTO”

Para el autor del campo de girasoles que luce la fachada de Cajupay, “como artista es un reconocimiento y un valorar a los artistas locales”, expresó Irecio al ser consultado sobre la realización de este mural, en cuyo proyecto se venía trabajando desde hace más de un año.
“Siempre uno trata de apostar a que se reivindique el trabajo de los artistas. Es un reconocimiento de la institución que confió en un artista como yo, más allá de que yo sea el docente que está trabajando ahí”, consideró.

Ha sido “un trabajo bastante complejo porque encierra mucho simbolismo por lo que representa en sí la asociación. Uno está representando algo donde hay muchas miradas; son tres asociaciones diferentes de jubilados y para uno meterse en la cabeza de toda la gente y tratar de representarlo a través de un lenguaje que es el visual es un compromiso”, opinó.
Al mismo tiempo, “está bueno porque se reconoce y porque a la sociedad le devuelve un espacio físico donde se ilumina” en una cuadra donde claramente sobresale por sus colores. “Aparte hay una cuestión del simbolismo propio del diseño; hace miles de años las culturas siempre aprovecharon los girasoles para demostrar ese vínculo hacia el sol, hacia la búsqueda hacia la luz, y yo siempre digo que los girasoles, al estar buscando constantemente el sol, son como las personas ya de determinada edad”, interpretó. En su visión, “a través de ese girasol” se intenta transmitir que el ser jubilado es “una etapa más de la vida. Creo que es una buena etapa para llevarla con muchos proyectos, es una nueva oportunidad para hacer las cosas sin tanto compromiso”.
Asimismo valoró la labor que se desarrolla en Cajupay, tratándose de “una sociedad muy activa, siempre están presentes; también hay que hacerles un reconocimiento a ellos por esa cuestión de que siempre están yendo a un camino más allá, por eso de estar en esa búsqueda constante, como un esfuerzo importante”, como lo es llevar adelante la sede, ampliarla, en una labor permanente en pro del bienestar de sus socios, lo que supone sin dudas “un desafío”.

PROYECTOS PARA 2023

Irecio anunció que desde fines de febrero ya se comenzará a trabajar en el local la coordinación de días y horarios para las clases de este 2023, que se brindarán dos días a la semana en la mañana y en la tarde.
Para este año se proyecta “trabajar sobre la misma línea”, adelantó el docente, al tiempo que anunció que “ya estamos planificando aparte del taller puntual, hacer talleres cada cierto tiempo los fines de semana, sobre temáticas vinculadas al arte general, también algunas charlas. En el espacio del taller generar como un pequeño centro cultural donde haya actividades de diferente tipo”.