Después de más de dos semanas en evaluaciones, cuidados veterinarios y enseñanzas, el ejemplar hembra de lobito de río que fuera hallado en la calle pudo ser liberado.
Recordemos que se trata de un lobito de río (Lontra longicaudis), así llamado en casi toda Sudamérica, así como también perro de agua, nutria neotropical, pisua, lobo-pé.
En este caso se trata de un animal muy joven pero su comportamiento y su buen estado de salud mostraban que ya estaba lista para irse.
Luego de todos los trámites correspondientes y la autorización a la que hacíamos referencia en la edición de la víspera de EL TELEGRAFO, partió junto al Dr. Germán Matosas hacia un lugar protegido, tranquilo y donde ya se han avistado otros de su especie.
“Ni bien abrimos la jaula contra la costa, se fue hacia el agua y tomó bastante, y después de bañarse un rato ahí, se fue hasta la tierra y subió a una parte de tierra con pasto. Estuvo como tratando de taparse con las hojarascas; ella acá también hacía eso”.
“Por lo que yo veía de su comportamiento acá, me pareció normal que lo hiciera. Ya había comido y seguramente va a pasar el día ahí sesteando y mojándose”, dijo el veterinario integrante de Coendu (Conservación de especies nativas del Uruguay). El proceso para llegar a la liberación no fue sencillo porque había que tener muchos cuidados para que la lobita no se adaptara a la presencia humana, se la alimentaba desde cierta distancia y con peces vivos para que ella misma los cazara. Estaba muy bien de salud, al principio se le brindaron antibióticos y vitaminas para fortalecerla, ya que cuando se encontró en una calle al norte de la ciudad se la veía un poco débil, seguramente producto de lo que pudo haber pasado lejos de su madre.
Expectativas de sobrevivencia
Si bien no parecía tener miedo a Matosas, tampoco tenía un comportamiento de animal doméstico, sino más bien de movimientos bruscos en busca de comida. Eso, sumado al hecho de que ya pescaba sola y que además estos animales son excelentes nadadores, hace pensar que logrará sobrevivir en lo que en definitiva es su hábitat natural.
“Quien nos acompañó durante la liberación, es un especialista en temas de conservación de biodiversidad, tiene cámaras y va a colocar algunas cercanas para poder hacerle un seguimiento y ver si continúa en el entorno y si se alimenta bien. El lugar es precioso”, afirmó Matosas. Sin dudas son animales lindos de ver, pero que deben permanecer en su ambiente natural, junto a los de su especie para el equilibrio de los ecosistemas. No está permitida su caza, tenencia o comercialización, pero lamentablemente esta normativa a veces no se respeta.