Numismática nacional: moneda de plata acuñada durante el Sitio de Montevideo

Charla en la sala 1°de Julio de EL TELEGRAFO.

En la sala 1° de Julio de EL TELEGRAFO, el coleccionista Leonardo de Souza presentó “El peso del sitio”, una charla sobre la numismática nacional basada fundamentalmente en la moneda de plata del año 1844, acuñada durante la Guerra Grande en el sitio de Montevideo.

Enmarcada en la 35ª Fiesta de la Prensa, su exposición destacó que esta “moneda obsidional” –por acuñarse en una ciudad sitiada–, “es patrimonio de Uruguay”. La moneda de referencia es de plata y fueron construidas a partir de las joyas y otros objetos personales que entregó la población de Montevideo para su uso en el mercado interno.

“Es un público muy interesado en el tema, entre los cuales se encontraban grandes conocedores porque cuentan con colecciones privadas que son relamente hermosas. Por eso, yo di un paso muy importante al hablar de numismática y espero que vengan otros y lo continúen porque hay interés”, destacó.
De Souza aseguró que los coleccionistas no muestran “su tesoro”. “Una colección de este estilo no se muestra porque no solamente es un acervo cultural, sino un tesoro propio que se cuida”.

Las colecciones de monedas, al menos en Uruguay, “cuestan desde unos 20.000 dólares o más. Porque allí se pueden encontrar monedas de distintos cuños y eso sube su valor. A eso hay que agregarle el valor afectivo, además hay varias colecciones que se empiezan de niño, como es mi caso y se sigue, ahora que tengo 78 años”.
Con el fin de estimar el valor de una moneda en una colección, ejemplificó que “hay una moneda de 1930. Son los 5 pesos de oro y es la única moneda de oro del Uruguay que vale 900 dólares. Pero hay otras que valen más de 1.000, 2.000 o 3.000 dólares. Sus valores se suman y si están en buen estado, pasan esas cifras”.
Las colecciones se encuentran distribuidas en todo el país. “Hay una cantidad de gente en todo el territorio nacional que colecciona monedas, pero también hay quienes tienen colecciones hermosas amontonadas en un cajón”, lamentó.
En su caso las acondicionó en álbumes para apreciar el anverso y el reverso. “Todo lo que recibimos como herencia de nuestros antepasados y lo consideramos una obra de arte, pasa a formar parte de nuestro patrimonio, pero generalmente son edificios. En este caso, el peso fuerte del sitio es un patrimonio de Uruguay”.
Particularmente, destacó que aún le falta una: “Es la de cinco centésimos de 1840 y no aparece”. Aseguró que aún espera un espacio vacío dentro de su colección.