Moradores de barrio de jubilados están preocupados por gran inseguridad y la falta de limpieza en la zona

En una recorrida que EL TELEGRAFO realizó por el barrio de los jubilados, ubicado en Cerrito y Almagro, recogimos el testimonio de vecinos que plantean su preocupación por la gran inseguridad reinante en esa zona, siendo víctimas de robos en reiteradas ocasiones. A la vez pudimos constatar grandes yuyales, tanto en veredas como en las cunetas que provocan que en días de intensas lluvias los desagües se desborden inundándose la calle, según aseguraron moradores del barrio.

Este barrio está conformado por 39 viviendas –construidas hace unos 20 años–, de las cuales 4 están deshabitadas, pudiendo observarse el estado de abandono en el que se encuentran, además de estar rodeadas de altos pastizales.

José Pedro (69) vive en el barrio desde hace poco más de un año y ya ha sido blanco de robos en dos oportunidades, aún cuando se encontraba dentro de la vivienda. “Me robaron una bicicleta y un par de gorros y otras cosas, mientras yo estaba durmiendo. Tenía la puerta arrimada y 6 y media de la mañana me entraron; avisé a la Policía, que vino”, pero no logró recuperar los objetos que le hurtaron.

También reclamó sobre la gran suciedad que hay en los desagües, lo que ocasiona que “cuando llueve se inunden y el agua llegue hasta la calle”. En su caso, concretamente reclama que quien corresponda se haga cargo de la limpieza del barrio. Si bien algunos vecinos se ocupan del mantenimiento del frente de sus viviendas, a otros, dada su avanzada edad, esta tarea les resulta imposible.

A todo eso se le suma que estas viviendas tienen techo de dolmenit, por lo que durante el verano “son un horno” y en invierno “una heladera”, coincidieron los entrevistados.

Odila (82) reside en este barrio desde hace 5 años. “He tenido innumerables robos, hasta la escoba me llevaron. Me han robado mientras dormía y también cuando no me encontraba acá”. Solicitó “más vigilancia” y sostuvo que “me he cansado de llamar a la Policía también y en ciertos casos vienen”.
Además procurando limpieza de los yuyales “he ido muchísimas veces al Corralón, he llamado por teléfono también, y me dijeron en la Intendencia que iban a venir a mirar si sacar los yuyos les correspondía a ellos, pero todavía no han venido”.

“Lo mismo la volqueta, la llevaron porque dicen que estaba rota, la trajeron un día, y la llevaron nuevamente. Sigo reclamando”, aseguró.
Pese a la presencia de guardias de seguridad durante las 24 horas, esta vecina sostiene que “esto es todo un cielo abierto”.

Observó que ahora hay 4 casas vacías, desde hace ya unos 5 meses, mientras hay gente que necesita un hogar. “Siempre venían, abrían, miraban, ya arreglaban y ya las adjudicaban”, pero ahora una casa que se adjudicó recientemente “hacía un año y medio que estaba vacía”, reclamó.

“Tienen que arreglarlas y pintar, para que venga un nuevo ocupante”, solicitó.

También dialogó con nuestro medio, un vecino oriundo de Guichón, de 77 años, quien habita en este barrio desde hace 4 años y aseguró que “me han robado varias veces, me rompieron la cerradura. Una vez tuve que salir con un machete, porque querían abrir la ventana, cuando yo me levantaba a las 6 y media de la mañana”. En su caso también pidió mayor seguridad y aseguró estar “arrepentido” de haberse mudado a este barrio “por los malandros que andan” en la noche.

“HE VISTO MUCHOS ROBOS”

Leticia no reside en el barrio pero es una vecina cercana y preocupada por la suerte de los residentes adultos mayores. “Desde antes que hicieran estas casas vivo acá, he visto muchos vecinos vivir acá y he visto muchos robos; hay mucha inseguridad en este barrio. Hubo un tiempo que no había guardia como hay ahora, estaba solo de noche y de día les robaban a ellos. Les roban más los primeros días cuando cobran. Tuve dos tíos que vivieron acá y a los 2 les robaban siempre, a uno le robaron en 2 ocasiones 2 garrafas, ropas, cintos”, describió.

Además, “lo que acá falta es limpieza, presencia del BPS”, reclamó, sosteniendo que “estas personas aportaron toda la vida y tienen derecho a tener una vivienda digna; esto no lo es, no son casas para vivir”.

“El techo de dolmenit está hirviendo ahora en verano y en invierno es helado. Viven en una casa que no es confortable y todavía rodeados de mugre, habiendo casas abandonadas tapadas de yuyos, donde de noche se juntan los malandros. Porque de noche es una corredera esto, andan robando, se esconden. La Policía pasa pero tampoco pueden estar continuamente acá”, concluyó.