Lázaro Branca reconoció que “no esperábamos esta locura”, al hacer referencia al recibimiento que tuvo la selección de Guichón tras ganarse el boleto a las semifinales de la Copa Nacional de Selecciones.
“Y sí, obliga porque la gente se ilusionó bastante. Es un hecho histórico. No me puse a pensar cómo explicar este momento, pero sí que vamos partido a partido y decidimos salir adelante en cada partido. Hemos ganado batallas importantes, porque así lo vamos preparando”, dijo el delantero que marcó en la revancha de cuartos de final ante Zona Oeste.
El delantero vive, como sus compañeros, un momento soñado. Tanto, que “no nos imaginamos una realidad como así”.
Pero también reconoce que “se podía esperar porque tenemos un grupo joven, un técnico que cambió un poco la cabeza, pero también sabíamos que había mucho camino por recorrer”.
Branca asegura que, más allá de lo que pase, lo que sucede con la selección “ya cambió” el fútbol guichonense.
Y apuntó a que “no sé la cantidad de jugadores que renunciaron a esta selección, pero fueron muchos. Porque la selección claramente no venía compitiendo a esta altura, no se pasaba una fase de grupos, y así renunciaron jugadores. Pero el año que viene no va a pasar. El jugador va a cambiar”.
Branca asegura que “no me hubiese perdonado estar en esta selección”.
“No me arrepiento de viajar tres o cuatro veces por semana y volverme a las 12 de la noche, porque quería jugar en la selección de mi ciudad”, comentó.
Es que el delantero vive en Paysandú, y viaja en ómnibus “hasta Piedras Coloradas, y de ahí me voy con el técnico a Guichón. Después me trae hasta Piedras de nuevo, y ahí mi novia me va a buscar”.
Para Guichón ya fue borrón y cuenta nueva. Y mira a las semis. “Hay que saber ir manejando muchos factores porque se puede desconcentrar el equipo con toda esta euforia de la gente. Nosotros creemos y sentimos que se puede, y cada vez más. Nos acercamos un poquito más y cada vez va a ser más difícil, pero también será difícil sacarnos de esta Copa”, dijo el futbolista.
