Lucía Gigena, la primera de las Reinas

La Séptima Edición de la Semana de la Cerveza fue la primera vez que la fiesta tuvo su “Reina”. Su nombre es Lucía Gigena Santos, quien en la actualidad, vive en Montevideo y es orfebre.

Lucía habló con EL TELEGRAFO recordando su experiencia de cómo llegó al cetro. Fue de forma casual y el diario estuvo involucrado; según nos cuenta “ese año, en febrero fui a EL TELEGRAFO a llevar para publicar un aviso de mi familia. Cuando estaba allí una persona de la redacción me comentó que estaban anotando chicas para el primer concurso de Reina de la Cerveza, y me insistió mucho para que me anotara. Yo no tenía ninguna intención, ni estaba enterada, pero ante tanta insistencia, me anoté”, y sin dudas fue una decisión acertada.

Pasaron los días, y luego de una semana la llamaron para avisarle que, luego de una preselección que se había hecho con los datos que habían dejado todas las aspirantes en su momento, había quedado elegida para participar. “La elección en ese entonces se hacía en vivo en un canal de televisión. Recuerdo que había chicas monísimas, nos hicieron preguntas de cultura general, y al final quedé yo, que no me lo podía creer. Entonces comenzó una experiencia preciosa con una agenda muy apretada de reuniones sobre la semana y las actividades”.

“La comisión del evento era muy prolija con todo los aspectos y no dejaban nada al azar. Lo mismo que la gente de la cervecería, todos súper amables y muy organizados. Firmábamos una especie de compromiso de ambas partes para el cumplimiento de todo: modista, sesiones fotográficas y más. Muchísimos comercios se adhirieron con regalos y atenciones para mí y las dos princesas”, recuerda.

Y agrega que “desde el primer momento lo viví con muchísima alegría, sabiendo que podría haber sido cualquiera de las otras chicas, solo que ese fue mi momento. Me hizo muy feliz estar presente de esa manera en la querida Heroica. Fue una agenda muy apretada y linda, que me dio la oportunidad de conocer gente maravillosa”.

Han pasado 50 años de esa instancia y Lucía recuerda todos los momentos vividos con orgullo y agradecimiento. Aseguró que ahora “tengo una vida plena que a la fecha sigo disfrutando, muy activa y con mucha salud. Soy orfebre y he dado clases de joyería por más de 30 años, también conferencias de diseño en el exterior”.

En ese entonces tenía 22 años y estudiaba magisterio y francés. Al año siguiente se fue a estudiar, primero a Montevideo y después a San Pablo y se casó. Entre risas dice que “en esa época si no de te casabas antes de los 25 te quedabas soltera”. Hoy lleva 50 años de casada, y ha formado una hermosa familia con cuatro hijos y seis nietos. Solía viajar con frecuencia a nuestra ciudad, aunque ahora hace dos años que no viene, pues ya no tiene familia acá, pero remarca “amo mi Paysandú”.

Para finalizar pidió hacer llegar a todos quienes hicieron posible su inolvidable experiencia “un abrazo donde quieran que estén, incluso en el cielo, gracias a ellos viví una semana súper feliz en un momento de mi juventud que era difícil”.