Primer monitoreo del año de arroyo La Curtiembre

Días pasados se realizó la primera jornada de monitoreo del arroyo La Curtiembre. Como desde hace unos años ya, tanto en La Curtiembre como en otras cañadas del país, se realizan monitoreos estacionales para evaluar la calidad del agua en diferentes tramos de los cursos, como parte del Proyecto de Evaluación de Cañadas Urbanas del Núcleo Interdisciplinario de Aguas Urbanas de UdelaR y el Polo de Ecología Fluvial del CenuR. “En La Curtiembre venimos monitoreando tres puntos a lo largo del curso principal: un punto próximo a las nacientes sobre avenida Ferreira Aldunate, un punto en la cuenca media, sobre Antonio Estefanell o N°9 y un punto próximo a la desembocadura donde finaliza la calle De Los Ceibos. Este último punto se incorporó hace un par de salidas el año pasado, debido a la inquietud del grupo Amigos de Los Humedales por conocer el estado del arroyo en esa zona”, explicó a EL TELEGRAFO Sofía Rameau, licenciada en Diseño Integrado y participante activa del proyecto.

GRAN CONCURRENCIA DE ESTUDIANTES

Más de 40 estudiantes del bachillerato de Química del Instituto Tecnológico Superior (ITSP), de tecnólogo en Biotecnología y de tecnólogo en Control Ambiental, estuvieron presentes con sus respectivos docentes.

“Creemos que tanto para los docentes como para los estudiantes es muy importante la actividad porque es una salida de campo donde nosotros podemos poner en práctica el muestreo, medir parámetros físico-químicos como el oxígeno disuelto, el PH, la conductividad y a la vez ellos tuvieron un intercambio con las técnicas del Núcleo de Aguas Urbanas. Se hicieron 5 grupos de trabajo, intercalados los estudiantes de las distintas carreras y ellos realizaron, cada equipo junto con la técnica, la parte del monitoreo visual y junto a las docentes, fueron midiendo los parámetros químicos. Se tomaron muestras que se llevaron y que nosotros vamos a seguir trabajando en el laboratorio”, explicó Alejandra Puglia, docente de Química en UTU e integrante del colectivo Amigos de los Humedales de La Curtiembre. Puglia destacó y agradeció el esfuerzo del Núcleo de Aguas Urbanas que, a pedido del colectivo, accedieron a estudiar desde el año 2021, ese tercer tramo que es la desembocadura del arroyo La Curtiembre.

Mientras que Rameau señaló además que “el monitoreo visual fue elaborado por una integrante del Núcleo Interdisciplinario Aguas Urbanas, como trabajo final de la licenciatura en Gestión Ambiental. Este es uno de los distintos tipos de monitoreo que estamos realizando en todas las cañadas de estudio. Creemos que está muy bueno poder dar continuidad a este tipo de instancias, donde los estudiantes puedan conocer estas metodologías y aplicarlas en territorio”.

OBJETIVOS DEL PROYECTO

Estos monitoreos se realizan en cañadas de Artigas, Salto, Paysandú, Montevideo y Maldonado.

Además de estudiar la calidad del agua, el objetivo de este proyecto es “estudiar distintas características de las cañadas: cantidad de agua, o sea, los caudales, la presencia de fauna acuática, la calidad del ecosistema ribereño, –que comprende entre otras cosas, la cobertura vegetal asociada a los cursos de agua–, la morfología del cauce y planicies de inundación, la relación con los distintos usos del suelo, actividades presentes en su entorno próximo, la presencia y características de residuos, etcétera”, agregó la licenciada.

“Partimos de la base de que los arroyos o cañadas urbanas son sistemas complejos, es decir, que todas estas características están interrelacionadas y no pueden estudiarse de manera aislada. Por ejemplo, la calidad del agua condiciona significativamente la posibilidad y diversidad de vida acuática, por lo que ciertos tipos de especies de macroinvertebrados son buenos indicadores de calidad, porque están presentes con determinados valores de concentración de oxígeno en el agua. Por eso es que tratamos de ver todo eso en su conjunto y esto se ve reflejado en los distintos tipos de monitoreo que aplicamos en las salidas de campo, a saber, monitoreos de parámetros físico-químicos y biológicos de calidad de agua, monitoreo de caudal, monitoreo visual, y un monitoreo territorial donde observamos las distintas formas de ocupación urbana en torno a las cañadas, por ejemplo, cómo se relacionan las viviendas próximas al arroyo, cómo son los espacios que lo bordean, si están libres, si tienen algún tipo de actividad, infraestructuras, equipamientos”.

A LA ESPERA DE RESULTADOS

“Actualmente se están sistematizando los resultados de la campaña de monitoreo del año pasado. Recordemos que son alrededor de diez cañadas diferentes, en cada una de las cuales se monitorean tres puntos distintos, en diferentes momentos del año y en cada salida se realizan diferentes tipos de monitoreos, por lo cual es un montón de información que se debe analizar en conjunto. Puntualmente, sobre el arroyo La Curtiembre, existe un informe de un monitoreo anterior realizado de forma mensual entre 2016 y 2017, a cargo del Polo de Ecología Fluvial del CenuR Litoral Norte y de la Unidad de Gestión Ambiental de la Intendencia de Paysandú, en el marco de este proyecto del Núcleo Aguas Urbanas. Allí hay una línea de base a partir de la cual habrá que analizar a la luz de estos nuevos resultados cómo ha evolucionado el estado del arroyo La Curtiembre”, puntualizó Rameau.