Niños menores de 5 años afectados por la enfermedad de “manos, pies y boca”

Ya se han confirmado varios casos de niños sanduceros afectados por una afección altamente contagiosa causada por diferentes virus, y que se conoce como la enfermedad de “manos, pies y boca”. Trascendió que varios niños de dos Centros CAIF están con este problema, pero también afecta a otros que no van al jardín, ni tienen contacto muy extenso con otros niños. En tanto, el CAIF Centro, fue cerrado el pasado viernes por tareas de limpieza profunda e higiene.
Si bien no es motivo de alarma sanitaria –aunque puede tener consecuencias que son muy poco habituales– este problema es bastante común en bebés y niños menores de 5 años ya que todavía no han logrado generar inmunidad frente a esos virus. De todas maneras, la enfermedad también puede presentarse en niños mayores y hasta adultos.

NO HAY MEDICAMENTOS QUE CUREN
Esta enfermedad, para la cual no hay un medicamento que la cure o evite, no es grave y casi todas las personas se recuperan en un plazo de 7 a 10 días, aunque es importante la consulta médica, que puede brindar soluciones paliativas, como el uso de borato de potasio para secar los “granitos” que aparecen en forma de sarpullido. Las personas infectadas presentan síntomas como fiebre, pérdida del apetito, dolor de garganta, malestar, llagas en la boca, sarpullido y pequeñas ampollas en la planta de los pies y manos, y eventualmente en las nalgas (quienes usan aún pañales). Es importante que las personas con esta enfermedad beban abundantes líquidos para prevenir la pérdida de líquidos corporales o deshidratación.
El período de contagio generalmente es durante la primera semana de la enfermedad, aunque puede seguir siendo contagiosa durante varias semanas después de que hayan desaparecido los síntomas.

DÓNDE PUEDE ESTAR EL VIRUS
En las personas infectadas, los virus que causan la enfermedad de “manos, pies y boca” se pueden encontrar en las secreciones de la nariz y la garganta (como la saliva, el esputo o la mucosidad nasal); en el líquido de las ampollas o en las heces. La enfermedad se propaga mediante el contacto cercano, como al dar besos o abrazos, o al compartir los vasos o los cubiertos; la tos y los estornudos; el contacto con las heces, por ejemplo al cambiar pañales; el contacto con el líquido de las ampollas; el contacto con objetos o superficies que tengan el virus.
La mejor forma de minimizar la posibilidad de enfermarse, es mantener buenas prácticas de higiene, como lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca si no se ha lavado las manos; evitar el contacto cercano, como al dar besos o abrazos, o compartir los vasos y los cubiertos con las personas que tengan la enfermedad. También es aconsejable desinfectar las superficies y los objetos que se tocan con frecuencia, como los juguetes y las manijas de las puertas, especialmente si hay enfermos en el hogar.