A cuatro meses de la desaparición de la sanducera Amparo Fernández, familiares y amigos marcharán hoy en pedido de respuestas. La compañera de la enfermera, Zully Doti, convocó a que la ciudadanía acompañe la lucha de una familia que está sin saber qué ocurrió en Florida, donde Amparo fue vista con vida por última vez.
La convocatoria es a las 17 horas en plaza Constitución, frente al Juzgado Departamental y luego se marchará hacia la sede de Fiscalía, ubicada en Dr. Luis Alberto de Herrera entre Uruguay y Florida. Son “cuatro meses que no aparecés, cuatro meses de mentiras. Nada se sabe”, publicó Doti en su red social de Facebook donde invita a sumarse a la movilización.
Amparo, de 36 años, desapareció el sábado 29 de junio en la localidad de Sarandí Grande, Florida, hacia donde había viajado para encontrarse con un amigo, L.D.O., quien –en primera instancia– confesó haber arrojado su cuerpo al río Yi tras sufrir un supuesto accidente en el cual la mujer perdió la vida. El hombre fue imputado por femicidio el viernes 5 de julio y enviado a prisión preventiva por 180 días, ya que la fiscal Alicia Gómez entendió que había elementos probatorios suficientes para culparlo. Desde entonces, cumple la medida cautelar en la Unidad 4 del Instituto Nacional de Rehabilitación, conocida como el ex Comcar.
En tanto, la causa tomó un giro sorpresivo cuando se iba a realizar la reconstrucción del hecho en la estancia Don Daniel. En ese momento, L.D.O declaró que nada de lo manifestado sobre el caso era verdad y que Amparo fue secuestrada por cuatro “matones” que les interceptaron el paso en la noche del sábado 29 de junio. Ante la fiscal Alicia Gómez, indicó que sus primeras declaraciones fueron motivadas por el miedo a las represalias de los supuestos hombres que se llevaron a Amparo, que lo amenazaron con atentar contra su hermana y sobrinos si eran delatados.
Mientras el hombre continúa tras las rejas con prisión preventiva, padres, hermanos, los hijos de Amparo (de 3, 12 y 15 años), sus tíos –que han sido las caras visibles de las marchas– y compañeros esperan noticias, que lamentablemente, no llegan.