La coordinadora de Descentralización y directora de Interior de la Intendencia Gabriela Gómez aseguró a EL TELEGRAFO que en esta primera etapa de trabajo “estamos en pleno conocimiento profundo del territorio desde la óptica de gobierno. Obviamente que conocemos el interior de nuestro departamento desde hace mucho, pero ahora lo recorremos con otra mirada, porque estamos en plan de ejecutar”.
“Se trata –explicó– de un plan de acción o trabajo planificado, que está acordado con todos los directores, así como con Carlos Batista. Hemos detectado varias prioridades y las trataremos como tales”.
Una de ellas es “la caminería rural, que está en grave estado, creo que bien se puede decir que en emergencia. Estamos revisando la cuenca lechera de Paysandú. Los caminos que hemos visitado con el director general de Obras Horacio Mársico y también estamos trabajando en otro sentido con la directora del Departamento de Desarrollo Sostenible y Estratégico, Antonella Goyeneche”.
Gabriela Gómez hizo hincapié en que “estamos articulando con los siete municipios y la zona no municipalizada que está en el eje de ruta 26, que es además la zona económica más desfavorecida. De hecho, el intendente Nicolás Olivera recorrió en un par de días todos los municipios, reuniéndose con los Consejos Municipales para considerar el presupuesto y las partidas de la OPP”.
En todos los territorios del departamento “la problemática se reitera en lo que refiere a la crisis en caminería rural”, en tanto también se reiteran los pedidos para “establecer o fortalecer los emprendimientos productivos; la gente está pidiendo empleo”.
CAMINERÍA, VIVIENDA, TRABAJO
Además de la recuperación de la caminería, “otra de las prioridades que tiene el Intendente es la vivienda, y en eso está dispuesto a articular con Mevir y el BPS. Con Mevir porque hay gran demanda de nuevos planes y la buena noticia es que habrá la posibilidad que nuestra gente del interior acceda a su vivienda”.
Pero además de los planes Mevir, “como novedad el intendente Olivera decidió llevar una propuesta al BPS, porque es evidente que hay jubilados en nuestro interior para quienes no resulta razonable mudarse a un apartamento del BPS en la ciudad. Lo que se procurará será mejorar, reformar o hacer en algunos casos viviendas en el lugar donde residen, de modo de recibir un apoyo en vivienda, y a la vez, continuar viviendo donde están acostumbrados, con su quinta y demás”, explicó Gómez.
CARENCIAS EN EL EJE DE LA RUTA 26
Tras detectar la situación social en las localidades del eje de la ruta 26 La Cuchilla (kilómetro 67,5) y Buricayupí (kilómetro 92), se realizó un relevamiento para determinar las reales necesidades de cada lugar.
El Departamento de Descentralización determinó que en pueblo La Cuchilla, residen 65 personas que conforman 22 familias. El 92% son menores de 60 años y el 48% se encuentran en edad laboral activa (entre 18 y 60 años). Los ingresos de estas familias se corresponden a changas, trabajadores rurales, beneficios Mides y jubilaciones.
La mayoría de las familias tiene acceso a agua potable suministrada por OSE, no cuentan con saneamiento y en algunos casos tampoco con energía eléctrica.
En pueblo Buricayupí residen 49 personas que se integran en 18 familias, en condiciones precarias, sin agua potable ni saneamiento y en algunos casos sin electricidad. Tampoco cuentan con asistencia de salud.
El 90% es menor de 55 años, el 37% menor de 18 años. Un poco más de la mitad, el 53%, está en edad laboral activa (entre 18 y 60 años) y su desempeño laboral es en changas o zafras (citrus) en el caso de los hombres. Hay quienes cobran el beneficio del Mides y Asignaciones Familiares, en tanto otros están jubilados o pensionados por discapacidad o enfermedad. Hay algunas madres solteras con menores a cargo, que en algunos casos no perciben ningún tipo de ingresos.
