El Sindicato Nacional de Médicos japoneses presentó ayer una petición al gobierno de su país para que se cancelen los Juegos Olímpicos previstos en la capital de ese país entre el 23 de julio y el 8 de agosto próximos, alegando que suponen un riesgo por la posible llegada y propagación de nuevas cepas de la COVID-19.
En el documento presentado ante el Ministerio de Salud, el sindicato alega que “el mayor problema actual es la amenaza de nuevas cepas” y que, aunque los Juegos se celebren sin público, con la llegada de atletas y otros participantes “no se puede descartar la posibilidad de traer cepas de cualquier parte”.
Esto, argumentan, supone un riesgo por el potencial surgimiento de otras mutaciones, por lo que “no es posible que los Juegos sean seguros” y piden su cancelación.
“Para los atletas será duro, pero alguien tiene que pedir la cancelación de los Juegos. Por eso pedimos esto, porque los sanitarios nos hemos visto obligados a ser quienes lo hagan”, dijo el representante del sindicato, Naoto Ueyama, en rueda de prensa.
Ueyama considera que “el gobierno tiene la importante misión de proteger la vida de los ciudadanos” y que en esta situación el Ejecutivo “debe mostrar una postura clara”.
El colectivo sanitario empezó a mostrar públicamente su oposición a la celebración de los Juegos tras filtrarse el plan de desplegar a unos 10.000 de ellos en esa cita en un momento de enorme presión sobre el sistema sanitario nacional por la cuarta ola de COVID-19 que atraviesa Japón, que ha llevado a declarar un nuevo estado de emergencia en las regiones más pobladas, entre ellas Tokio.
“El 40% de los médicos en activo han sobrepasado el límite de horas extra y el 10% trabaja el doble del límite legal establecido en la normativa sobre la muerte por exceso de trabajo. Esta absoluta carencia de médicos es un factor que afecta al sistema sanitario y también a la vacunación. Y el gobierno toma la postura de reducir el número de médicos ante esta realidad”, denuncia el sindicato.
La escasez de recursos sanitarios ha llevado a tres prefecturas que serán sede olímpica a negarse a reservar camas de hospital para atletas que puedan necesitarlas en caso de contraer COVID-19.
El gobernador de Chiba (al noreste de Tokio), Toshihito Kumagai, dijo que no permitirá que “camas preciadas para pacientes de COVID-19 en la prefectura” sean ocupadas por personas vinculadas a los Juegos. El gobernador de Kanagawa (al sur de la capital) había anunciado que no dará trato preferencial a los olímpicos mientras el sistema hace frente al aumento de infecciones.