“Flexibilización con límites” en hogares para personas mayores

El Ministerio de Salud Pública (MSP) flexibilizó el protocolo para las visitas de familiares a los establecimientos de larga estadía de personas mayores (Elepem). Sin embargo, en los hogares donde existan casos sospechosos o positivos de COVID-19, suspenderán la concurrencia de familiares. Las situaciones excepcionales responderán a pacientes terminales o personas con deterioro cognitivo que cursan una etapa de descompensación de conducta. En este caso, el MSP indica el ingreso a familiares con agenda previa y equipo completo de protección. Es decir, tapaboca y sobre túnicas.
En los Elepem sin casos sospechosos ni positivos, los residentes pueden recibir visitas, agendadas previamente, evitar aglomeraciones y alto tránsito de personas.
El MSP apela a la responsabilidad de los asistentes. Sin embargo, en su protocolo recuerda que el familiar no deberá presentar síntomas asociados a COVID-19, ni haber estado en contacto con casos sospechosos ni a la espera de resultados de tests. En caso de viaje al exterior, no puede asistir al residencial hasta cumplidos 7 días y con resultado negativo de test a COVID.
El director departamental de salud, doctor Carlos Leoni, informó que “en este momento los protocolos están flexibles. Por ejemplo, dejan salir a los residentes un fin de semana a la casa de un familiar y las visitas tienen que ser cortas, con distanciamiento físico. Además, hay que buscar un lugar para mantener esa distancia, donde el visitante esté con tapaboca en forma permanente”.
Explicó que “el adulto mayor necesita ver a sus familiares, si no se deprime. Y la visita tiene que ser de unos 15 o 20 minutos, una o dos veces a la semana. Siempre hay que mantener unos dos metros de distancia para evitar las gotitas de saliva en el aire, porque las personas mayores no toleran el tapaboca”.
En todos los casos “deberán evitar abrazos y besos, no tomar mate con ellos sino que cada uno tome de su propio mate”, dijo a EL TELEGRAFO.
Leoni señaló que el MSP junto al Ministerio de Desarrollo Social realizan controles. “Ambos ministerios evalúan de acuerdo a su injerencia. Uno, la situación sanitaria y eleva el informe a la oficina de fiscalización y el otro, se encarga de la parte social. Pero, en cualquier caso, se puede definir como una flexibilización con límites”.