La música y sus múltiples beneficios en el cerebro de las personas mayores

Mucho se ha dicho y escrito sobre los beneficios de la música desde las edades más tempranas, incluso hay quienes aseguran que cierto tipo de música tranquiliza al bebé en el vientre materno y muchos hacen referencia a Mozart como la mejor opción.
Pero hoy vamos a dedicarnos a comentar sobre cuales son los beneficios pensando específicamente en las personas mayores.
Existe un vínculo muy potente entre la música y nuestro cerebro, y esto se ve reflejado de distintas maneras.
La música mejora el estado de ánimo, puede transformarse en un espacio de relajación, ayudando a aliviar la ansiedad y la agitación, además de servir de refuerzo y compañía en momentos difíciles. Ayuda a evitar “pensar demasiado” y nos lleva a sentir más, a disfrutar del presente y a expresar las emociones.
El experimentar placer con la música no es solo una cuestión subjetiva, esta puede ayudar a aumentar los niveles de serotonina, el neurotransmisor que se encarga –entre otras cosas– de regular nuestro estado de ánimo.
Además la música puede ayudar a construir un momento de socialización, de compartir, fortaleciendo así vínculos afectivos mientras cantamos o escuchamos música en grupo (muy importante en situaciones de institucionalización).
A nivel cognitivo, la música estimula nuestra agudeza mental y la memoria a diversos niveles, tanto a corto como a largo plazo, especialmente la memoria biográfica. No caben dudas que escuchar una de nuestras canciones favoritas nos ayuda acceder a recuerdos que nos conectan con nuestra identidad.

Contra enfermedades neurodegenerativas

Mucho se esta utilizando la música como modo de conectar con pacientes con Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas.
Se ha demostrado que las personas con este tipo de demencia retienen mejor nueva información si la nueva tarea se realiza con música gracias a una codificación más diversificada.

Incluso en estadios avanzados de una demencia, y aunque la persona haya perdido la capacidad de procesar el lenguaje, puede mantener aún la capacidad de procesar la música, convirtiéndose esta en una vía para conectarse con el entorno.

Un emotivo ejemplo de esto es el documental del 2014 “Alive Inside” (“Vivos por dentro”) en el que se puede ver a un hombre mayor con demencia que aparentemente solo es capaz de responder a preguntas de sí o no, pero cuando alguien le pone unos auriculares y escucha música de su juventud, de pronto se transforma en un anciano feliz, animado, e incluso elocuente.

Por estos motivos se utiliza regularmente música en las sesiones de estimulación cognitiva, tanto individuales como grupales.
La música es ideal también para que hagamos varias actividades en torno a ella. Por ejemplo los ejercicios que combinan música y movimientos rítmicos activan el sistema motor y favorecen al equilibrio y la coordinación, reduciendo de ese modo el riesgo de caídas (evitando por ejemplo las fracturas de cadera) y mejoran la capacidad para caminar. Bailar podría convertirse entonces en mucho más que un momento divertido y pasar a ser realmente una instancia terapéutica en las personas mayores.

Cabe destacar que cuando los técnicos trabajan con música (especialistas en musicoterapia, psicomotricistas, técnicos en estimulación cognitiva, etc.), esta se adapta a un repertorio del agrado de las personas, a un ritmo, una instrumentación, un volumen y un tempo adecuado. ¿Y qué hay sobre esas personas que se han dedicado a la música durante su vida, por ejemplo tocando un instrumento?
Se han hecho publicaciones científicas sobre los beneficios del entrenamiento musical y como este compensaría algunos efectos del deterioro que se presenta con los años.

La experiencia musical aporta agudeza mental relacionada con la memoria visual espacial y con la capacidad del cerebro para adaptarse a información nueva.
De este modo, al parecer, al llegar a la vejez, las personas entrenadas comprenden mejor lo que leen, tienen mayor facilidad para la compresión escrita y una mejor expresión al explicarse.
La música nos emociona, nos ayuda a comunicarnos, nos anima, nos entretiene, nos despierta. La música trae de la mano beneficios cognitivos, físicos y sociales.
Cante, baile, toque un instrumento, o simplemente comience hoy a incorporarla en sus otras actividades. Todo es mejor con música.