“La forestación impactó positivamente en la economía departamental y también como fuente de trabajo”, aseguró a EL TELEGRAFO el exintendente de Rivera y actual ministro de Turismo, Tabaré Viera, al ser consultado acerca de cómo ha incidido el crecimiento de este sector de la producción en la ocupación de uno de los departamentos del país con mayor pobreza. Según datos de la Encuesta Continua de Hogares de 2020, el 11,7% de los hogares de Rivera se encuentra debajo de la línea de pobreza, cuando el porcentaje nacional es de 8,1%.
Como contrapartida, de acuerdo a la Dirección General Forestal, de 1.087.109 hectáreas efectivas destinadas al uso forestal en todo el territorio nacional, 139.018 ha corresponden a Rivera, siendo el departamento con mayor superficie plantada. En tanto, los departamentos de Rivera y Tacuarembó concentran el 76% de las plantaciones de pino con destino a aserrío.
“La forestación en Rivera es lo que yo llamo la otra forestación, igual que en Tacuarembó; no es la forestación con fines papeleros, es con fines de aserrío, para obtener maderas de calidad, por lo tanto ocupa mucho más mano de obra”, aseguró. “De hecho, hay muchos más pinos que eucaliptus en Rivera, y es una plantación que requiere podas para obtener maderas sin nudos, raleos cada determinado período de tiempo. Para que se tenga una idea, el turno final de los pinos es a los 25 años. Cuando se planta, además se hace todo el proceso, en los viveros, por ejemplo, trabajan muchísimas mujeres; la elaboración de los plantines, la plantación, el cuidado de las hormigas, la prevención del fuego, de todo eso ha ocupado muchísima gente”, precisó.
“Se plantan 1.000 árboles por hectárea al inicio y terminan en el turno final nada más que 250, porque se van haciendo podas y raleos, para ir dándole lugar a los mejores árboles para que tengan en el turno final la mejor calidad”, explicó el jerarca.
“Todo esto ha llevado a un incremento de la fuente de trabajo muy importante”, afirmó, a la vez que dijo que “ocupó campos que en la pecuaria –con bajos rendimientos además, porque los campos forestales son de bajo rendimiento pecuario–, ocupaban solo uno o dos peones y ahora hay cuadrillas de mucha gente”.
Admitió que “no es la solución total, pero anteriormente era mucho peor la situación de Rivera”, consideró el entrevistado.
El exintendente indicó que el departamento “se diversificó con la forestación, con la agricultura en el Este, con lo comercial en la capital; Rivera sigue siendo uno de los departamentos con índices más bajos en cuanto a desarrollo humano en el país –Rivera, Artigas, los departamentos del Norte–, pero digamos que ha mejorado”.
FALTA LA INDUSTRIALIZACIÓN
“A partir de la crisis del 2008 se cortó el proceso de industrialización, que es la siguiente etapa”, observó Viera. “Una vez que maduraron estos bosques con la madera de aserrío, la etapa de industrialización de esa madera es la que le va a dar mayor cantidad de fuentes de trabajo”, indicó.
“Se llegaron a instalar un par de industrias grandes de fabricación de paneles, pero falta esa etapa, la de industrialización de la madera”, subrayó el jerarca.
En ese sentido, indicó que por ello “se está exportando mucho en rolos, a través del puerto de Montevideo”, transportándose esa producción de pino en camiones.
En tanto, en el caso del “eucaliptus globulus en Rivera, sale la tabla industrializada”, acotó. Reconoció que si bien en “Rivera y Tacuarembó podan permanentemente” las plantaciones, pero estas labores “se han tecnificado”, siendo que antes eran mayormente manuales y por lo tanto, generaban más trabajo que actualmente.
Más allá de ello, Viera entendió que “la situación socioeconómica de la frontera es muy compleja y hay que analizarla con otros componentes, como por ejemplo la inmigración de afuera que queda ahí, que es bastante importante, y la inmigración interna de otros departamentos; por ejemplo, de Paysandú hay cualquier cantidad de gente en asentamientos”.
