“Los humedales han sido muy maltratados en todo el país; la verdad es que estamos muy mal”

El Día Mundial del Agua se conmemora desde 1993, luego de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, con el objetivo de destacar la importancia y concientizar sobre su uso sostenible, ya que actualmente más de 2.200 millones de personas viven sin agua potable. Hace años que la contaminación del agua aumenta a pasos agigantados por las aguas residuales de la industria y por la mala gestión de desechos humanos.

El agua proviene de fuentes superficiales y subterráneas, por eso este año el tema elegido fue “Aguas subterráneas: hacer visible el recurso invisible”. Éstas proveen a las ciudades desde que se crearon, sin embargo cada vez es más notoria su escasez y las poblaciones más vulnerables son las más perjudicadas. Las aguas subterráneas se encuentran en los acuíferos (formaciones de rocas, gravas y arenas que contienen gran cantidad de agua) y alimentan humedales, lagos y ríos, para finalmente filtrarse a los océanos. El agua de la lluvia y la nieve son su principal fuente de recarga.

Del 71% de agua que se encuentra en la superficie terrestre, únicamente el 2,5% es potable y se estima que para 2025 habrá dos tercios de la población mundial en países con escasez de agua. El cambio climático está provocando terribles sequías, así como también tormentas y lluvias muy intensas en cortos períodos, provocando graves inundaciones. Según predicciones de las Naciones Unidas y del Banco Mundial, la sequía podría provocar el desplazamiento de 700 millones de personas para 2030.

Gestión del agua

El agua potable proviene de cursos superficiales o acuíferos subterráneos, de aguas residuales tratadas en plantas de tratamiento o de aguas pluviales. En Uruguay, OSE produce anualmente más de 361 millones de m cúbicos de agua potable, a la que accede el 99% de la población. La planta potabilizadora más grande es la de Aguas Corrientes ubicada a orillas del río Santa Lucía, y abastece a toda el área metropolitana (1.700.000 personas). En el año 2015, un investigador de UdelaR catalogaba a la calidad del agua de la Cuenca de Santa Lucía como “entre regular y muy mala”, apuntando a la tala indiscriminada de monte nativo, establecimientos pecuarios cercanos al agua, robo de arena y por las irregularidades de más de 20 industrias. Actualmente el Ministerio de Ambiente está llevando a cabo una gestión integrada de los recursos hídricos denominada “Adaptación en Acción – Cuenca Santa Lucía”.

fauna íctica también amenazada

Fernando Pérez Piedrabuena es naturalista, botánico, zoólogo, conservacionista y autor de libros sobre fauna, flora y ecología, entre ellos “Especies y ecosistemas del río Uruguay”. Además recientemente lanzó un proyecto de restauración de ecosistemas nativos llamado Rewild.uy.

En tal sentido, brindó a EL TELEGRAFO su visión en cuanto a los recursos hídricos y la fauna íctica de nuestro país. “En Uruguay los cursos de agua dulce, lamentablemente en los últimos veinte años se han contaminado los de mayor porte; algo que parecía impensable en nuestro país. A nivel de pesca, el río es más fácil de controlar por las prefecturas porque hay vedas. Pero está el problema de las represas que cortan el flujo de peces. Los migratorios como el Dorado, el Surubí se ven afectados y tanto es así que se han extinguido aguas arriba de la represa”.

En cuanto a la fauna marina explicó que “ahora el estado va a adquirir dos patrullas marinas para controlar la pesca furtiva que es el gran problema. Lo que pesca Uruguay no sería tanto, el problema son los barcos piratas chinos y de otras nacionalidades donde hay un control inexistente. Por suerte hay un pre-proyecto de crear un área protegida marina porque la realidad es que vivimos de espaldas al mar. No sabemos lo que sucede allí. Es una enorme superficie que no se está monitoreando, más allá de algún estudio de impacto pero que en general se hace sobre barcos uruguayos o de otros lados pero que pescan con permisos. No se logra cuantificar ni controlar el impacto que causa la pesca furtiva”.

En Misiones (Argentina), se prohibió el uso de glifosato en 2020 y, si bien el proceso de erradicación no es inmediato, se está logrando promover el uso de pesticidas más ecológicos. Además las organizaciones vienen trabajando fuertemente en la implementación de una Ley de Humedales, dada la progresiva destrucción de los mismos por los agrotóxicos, la minería, la sobreexplotación de los recursos naturales, el desarrollo inmobiliario e industria y los residuos mal tratados.

En lo que respecta a Uruguay, el naturalista dijo que “los humedales han sido muy maltratados en todo el país y la verdad es que estamos muy mal. A nivel sudamericano estamos muy mal en el tema áreas protegidas. En ese sentido Argentina ha liderado siempre. No está la cultura formada de área protegida ni a nivel social ni a nivel político”.

¿Cómo cuidar el agua?

Cuidar el agua es contribuir al bienestar de la humanidad y de los ecosistemas, pero también es pensar en ella como un bien público que debe ser distribuido equitativamente.

Aquí van algunas recomendaciones: cerrar la canilla mientras no se utilice; reutilizar el agua de lavar las verduras para riego; utilizar baldes en lugar de mangueras; no tirar innecesariamente la cisterna del inodoro; plantar árboles nativos que requieren menos fertilizantes y riego; no dejar residuos dentro ni cerca de cursos de agua; involucrarse en la conservación de la naturaleza y colaborar con la limpieza de humedales y ríos.