OIT: perspectivas sociales y de empleo para 2022

En las últimas semanas la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha dado a conocer un informe titulado “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Tendencias 2022” el cual hace referencia a preocupantes escenarios para el presente año en materia social y de empleo a nivel global.

El informe

El documento mencionado incluye las siguientes reflexiones:

    • a) “La pandemia de COVID-19 dominó la economía mundial por segundo año en 2021, lo que ha impedido una recuperación plena y equilibrada de los mercados de trabajo. El ritmo de recuperación de la actividad económica depende en gran medida del grado de contención del virus, por lo que la recuperación sigue patrones diferentes según las zonas geográficas y los sectores. Sin embargo, cada nuevo brote trae consigo retrocesos. Muchos de los logros en materia de trabajo decente, conseguidos antes de la pandemia se han visto considerablemente afectados, y los déficits de trabajo decente preexistentes están mermando las perspectivas de una recuperación sostenible en muchas regiones”.
    • b) “Las perspectivas del mercado de trabajo mundial se han deteriorado desde las últimas proyecciones de la OIT; es probable que en los próximos años siga siendo difícil para gran parte del mundo volver al rendimiento previo a la pandemia. Sobre la base de las últimas previsiones de crecimiento económico, la OIT calcula que el total de horas trabajadas a escala mundial en 2022 se mantendrá casi un 2 por ciento por debajo de su nivel prepandémico una vez ajustado al crecimiento de la población, lo que corresponde a un déficit equivalente a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo (tomando como referencia una semana laboral de 48 horas). Se prevé que el desempleo mundial se sitúe en 207 millones en 2022, es decir, que supere su nivel de 2019 en unos 21 millones”.
  • c) En una frase que resulta plenamente aplicable a nuestro país, este documento pone de manifiesto que “las economías en desarrollo que dependen de la exportación de bienes o productos básicos cuya elaboración requiere mucha mano de obra, han tenido más dificultades para adaptarse a la volatilidad de la demanda resultante de los cambios en el crecimiento económico relacionados con la pandemia. En la actualidad, las economías que dependen del turismo se resienten mucho por el cierre de fronteras y la pérdida de ingresos.
    d) Sobre las pérdidas de empleo y la reducción de las horas de trabajo, se destaca que, lógicamente, las mismas han provocado una disminución de los ingresos. En efecto, “en los países en desarrollo, la falta de sistemas de protección social integrales que puedan proporcionar prestaciones adecuadas para estabilizar los ingresos ha agravado las dificultades financieras de los hogares que ya eran vulnerables desde el punto de vista económico, con efectos en cascada sobre la salud y la nutrición”.
  • e) La OIT expresa, asimismo, que “la pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de innumerables grupos de trabajadores, incluidos los trabajadores esenciales, los informales, los trabajadores por cuenta propia, los temporales, los migrantes, los trabajadores de plataforma y los poco calificados, que suelen estar muy expuestos a las repercusiones de la crisis sobre la salud y el mercado laboral, y muchos de los cuales son víctimas de las lagunas en la cobertura de la protección social en todo el mundo”. Sobre este punto el director general de la OIT, Guy Ryder, señaló en el pasado mes de diciembre que la COVID-19 “ha puesto de relieve las importantes contribuciones que aportan los migrantes a las sociedades en las que viven y el papel que desempeñan en la respuesta a la pandemia y las actividades de recuperación. También nos ha mostrado en qué medida los migrantes pueden ser particularmente vulnerables a los efectos devastadores del virus. Al mermar las posibilidades de los trabajadores migrantes para el envío de remesas a sus países, por ejemplo, la pandemia ha tenido consecuencias nefastas en la vida y los medios de sustento de millones de familias de migrantes en los países de origen”.
  • f) Finalmente, se resalta que “para lograr una recuperación centrada en las personas, será preciso llevar a la práctica con éxito estos cuatro pilares: el crecimiento económico y el desarrollo inclusivos; la protección de todos los trabajadores; la protección social universal, y el diálogo social. Cada uno de los pilares desempeña un papel fundamental. (…) Durante el periodo de recuperación, el diálogo social seguirá siendo crucial para vislumbrar soluciones que redunden en beneficio de las empresas y los trabajadores y que tengan repercusiones macroeconómicas y efectos indirectos positivos. Para que el diálogo social desempeñe este papel, será necesario reforzar las capacidades de las administraciones públicas y de las organizaciones de empleadores y de trabajadores con el fin de que participen en dicho proceso”.

Dr. Rodrigo Deleón
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