La situación de un matrimonio de refugiados venezolanos –ella con COVID– que permaneció desde el domingo anterior y hasta este miércoles en las instalaciones del Área de Control Integrado del Puente General Artigas, fue solucionada en la tarde anterior, según pudo averiguar EL TELEGRAFO.
En la tarde de ayer la pareja había abandonado el sitio y, luego de ser contactados por efectivos de Prefectura, se ubicaron en las afueras de la sede de Caru. Más tarde, se concretó su traslado para que la ciudadana venezolana pueda realizar la cuarentena en un sitio adecuado, de acuerdo a la información proporcionada a nuestro medio por el presidente de Cecoed, Mauro Santos.
Por su parte, el secretario general de la Intendencia, Fermín Farinha, explicó a EL TELEGRAFO que, según la información que manejaba, “Prefectura aportó el traslado y se coordinó con la Organización Internacional del Migrante (OIM) para el tema del alojamiento; también estuvo la Departamental de Salud haciendo la coordinación”.
Aclaró que si bien “no estuve ‘in situ en el lugar’, tengo entendido se coordinó el traslado y en este caso lo hizo Prefectura, otras veces lo hemos hecho nosotros. Ahí se coordina a nivel del Cecoed quién puede aportar el traslado en ese momento, porque en el caso de los que son positivos muchas veces se puede contratar el servicio de traslado, a través de remis que prestan ese servicio, o eventualmente con algún funcionario la Intendencia lo ha hecho también con las debidas garantías. Preferimos siempre resguardar a los funcionarios y si hay gente que brinda el servicio eventualmente se contrata”.
“En este caso, por lo que tengo entendido a nivel de Cecoed se hizo la coordinación y Prefectura efectuó el traslado y la persona que era positivo está alojada en un hotel. Por suerte la organización, que es la otra pata que tenemos nosotros, puede aportar el tema de destrabar y tener esa posibilidad que es una gran solución”, concluyó.
“LLAMAR LA ATENCIÓN”
Más temprano, en diálogo con EL TELEGRAFO, el hombre (33) aclaró que el abandonar el puente no se trató de un acto de rebeldía, sino simplemente de “llamar la atención” para que los organismos competentes les procuren un lugar donde transitar la cuarentena de su mujer de 31 años.
“Llegamos el domingo a las 18. Venimos de Venezuela. Salimos hace 32 días de Caracas y atravesamos toda Venezuela para llegar a la frontera con Colombia, luego Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina hasta llegar acá”, relataron.
Al llegar a territorio uruguayo, “nos recibió Migraciones, nos hizo el papeleo, nosotros entramos en calidad de refugiados, nos informan que nos podemos ir cuando tengamos el resultado del hisopado. El lunes a las 9 nos hicieron el hisopado, a última hora nos dieron el resultado en el que ella resultó positiva para COVID”, contó.
“Ahí me dicen que me puedo ir, pero ella se tiene que quedar, pero estamos en una garita de Migraciones cuya puerta no tiene cerradura, el baño que es el que usan los camioneros no tiene cerrojo, la comida llegó un poco deficiente. Pero ¿cómo voy a abandonar a mi mujer en ese lugar y en esas circunstancias?; es imposible”, dijo preocupado.
“Tuvimos oportunidades de escapar, pero no somos delincuentes para fugarnos”, dijo él, a la vez que explicó que ahora “nos salimos de la garita para que nos prestaran atención”. “Estamos reclamando que nos lleven a un sitio digno. Acá nos quedamos hasta que nos den una solución”, aseguraron.
“Somos padres de familia, ella es profesional, fisioterapeuta, yo tengo mis habilidades en albañilería”, aclaró.
En tanto, comentó que “la situación de nuestro país está crítica” y, por ello, dejaron a sus 4 hijos con la abuela y emprendieron el largo recorrido. “En Montevideo me espera un trabajo en albañilería y vinimos buscando una mejoría no tanto para nosotros sino para el futuro de nuestros hijos”, sostuvieron.
