ANEP homenajea al maestro Soler Roca

ANEP homenajea a Soler a 100 años de su nacimiento.

Al cumplirse 100 años de su nacimiento, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) le rindió homenaje al maestro Miguel Soler Roca por un invalorable legado que ha dejado a la Educación Pública, principalmente en el área rural, además de sus valiosos aportes profesionales en organismos internacionales y en varios países de la región.
Miguel Soler nació catalán en Corbera de Llobregat (1922), llegó a Montevideo junto a sus padres en 1926. Concurrió a la escuela pública, hizo Magisterio y se graduó en 1939, por lo que fue maestro desde 1943. Integró la Comisión redactora de los programas de estudio para las Escuelas Rurales en Uruguay, en tanto que desde 1954 organizó y dirigió el Núcleo Escolar Experimental de La Mina.

Entre 1948 y 1954 fue director de la Escuela Rural Nº 59 en el departamento de Soriano. En ese lapso, la Unesco le otorgó una beca para realizar estudios durante un año y medio como especialista en Educación Fundamental en México. Los núcleos escolares tenían como objetivo luchar contra el aislamiento en zonas despobladas, de forma coordinada con otras escuelas y organismos gubernamentales.
Entre 1961 y 1982 trabajó para la Unesco en diversos cargos y en diversas partes del mundo (Bolivia, México, Chile, Francia). Se jubiló en 1982 cuando era subdirector general adjunto del sector Educación de ese organismo. Pese a ello, siguió colaborando con el organismo durante varios años.

Entre 1984 y 2007 participó como asesor, tanto de comisiones de la Unesco como de gobiernos, en la provincia de Córdoba (Argentina), en Nicaragua y Uruguay. Fue director del Núcleo Escolar Experimental de La Mina. Dirigió la División de Alfabetización, Educación de Adultos y Desarrollo Rural de la Unesco. Doctor honoris causa por la Universidad de la República (2006).
Asimismo, fue actor principal en la creación del Núcleo Escolar Experimental de La Mina –que funcionó desde 1954 hasta 1961 en el departamento de Cerro Largo– proponiendo y dirigiendo la iniciativa.

En ese sentido, en 1954 Soler propuso a Primaria la creación de un núcleo escolar en el que la educación se extendería a toda la comunidad, considerándose a las escuelas rurales promotoras del desarrollo local, instalándose en Cerro Largo, donde predominaban las pequeñas explotaciones con enclaves de minifundios y en algunos casos rancheríos.
La iniciativa promovió el trabajo conjunto de siete escuelas rurales en un área de 250 kilómetros cuadrados, llegando a 528 familias y 2.787 habitantes. Del total de pobladores 116 eran brasileños y 367 analfabetos.

“La educación debía ocuparse de la totalidad de la población e incidir en los aspectos de la existencia individual y comunitaria, fundamentales en la promoción del bienestar”, era una de las frases de Soler.