Se viene nueva lista, denuncias e ¿intervención?

Nilo Scarpa tras ser electo como candidato a la presidencia de OFI.

La elección de Nilo Scarpa como futuro presidente de OFI (al Este le corresponde la presidencia y fue lo que eligió anoche) abrió un mar de posibilidades.
El candidato, muy cercano a Tenfield, ofreció dinero a cambio de los votos dentro de su Confederación, y finalmente logró el visto bueno. La práctica fue considerada como normal por el propio Scarpa, a quien el Comité de Ética de OFI solo observó.

¿Por qué tanto revuelo? Porque desde que FIFA obligó a la AUF a aprobar el nuevo estatuto, que unificó políticamente al fútbol uruguayo, OFI tiene un poder más que interesante a la hora de definir diferentes situaciones en el Congreso de AUF.
La Organización tiene nueve votos, un número más que interesante para negociar a la hora de tomar una decisión.
Y no hay que olvidarse que Tenfield aspira a renovar el contrato por los derechos del fútbol uruguayo, y que la política que lleva adelante el presidente de la AUF, Ignacio Alonso, no es de su agrado.

Por eso esos nueve votos son clave no solo para renovación del contrato, sino para una posible reelección de Alonso. Y Scarpa está vinculado a la empresa, siendo el nexo con OFI.
La práctica con la que se definió la elección en el Este generó el escándalo.
Pero ¿qué puede pasar de aquí en más? Lo que está claro, es que el acuerdo para que el representante del Este sea el próximo presidente de OFI, se romperá.
Y será el Sur el que mueva las piezas, teniendo prácticamente definido quién será su candidato, que espera tener el apoyo del Litoral y el Litoral Norte. Por lo tanto, habrá elecciones en serio dentro de la Organización.

Pero no es el único paso del que se habla. Es posible que se firmen denuncias a ser presentadas tanto a Conmebol como a FIFA luego de estas anormalidades, de compra de votos y cambio de pareceres. Y si estos rumores se confirman, no sería descabellado pensar en una intervención a OFI, tal como sucedió hace algunos años con la AUF, cuando los clubes se negaban a aprobar el nuevo estatuto.