Solicitada: Lamentable Naturalidad

Con fecha 25 de Abril se conmemora el Día Internacional Contra el Maltrato Infantil; y como toda conmemoración debiera ser una fecha donde se reflexione sobre los avances que se han logrado en ese determinado tema. Como maltrato infantil se entiende toda acción u omisión intencional que provoque daño físico o psicológico en niños, niñas y adolescentes, practicada por los adultos encargados de su cuidado y desarrollo: padres, tíos, educadores, etcétera.
En el Uruguay sucedieron dos hechos esta semana que determinan sin lugar a dudas que se está muy lejos de vislumbrar horizontes de solución a este que es sin dudas uno de los problemas más graves que esta enquistado en las entrañas de la sociedad.
Por un lado INAU dio a conocer las estadísticas para el año 2021 sobre casos de maltrato infantil en sus diversas modalidades. En la publicación se dispara como dato que a través del Sipiav han ingresado al sistema institucional 7.035 casos en los cuales se ha identificado algún tipo de maltrato infantil. Ese número total indica que cada día del 2021 hubo 19 casos diferentes en que nin@s y adolescentes han sido víctimas de algún tipo de vulneración en sus derechos.
Luego ese número se disgrega en diferentes formas de violencia, o diferentes clasificaciones en función de la persona agresora, su vínculo con la víctima, la edad de las víctimas o el sexo de agresores y víctimas. Sin dudas que es alarmante, sobre todo si se considera que esos nin@s son los hombres y mujeres del futuro y si ya en su niñez están siendo objeto de violencia mal podemos pretender que la violencia intrafamiliar algún día se termine.
Casi que en un cuento perverso, al día siguiente de esta conmemoración acontece un hecho aberrante que es un doble filicidio.
Tanto uno como otro hecho tienen una íntima relación pues refieren directamente al mismo flagelo, el segundo realmente impacta negativamente.
El objetivo de este artículo es compartir lo que es una percepción sobre la tímida respuesta social ante estos hechos. Porque en la actualidad son muy notorios los movimientos sexistas; que cada uno con sus legítimos derechos pelea por sus reivindicaciones en la forma que le parece más conveniente.
Marchas colectivas ocupando avenidas enteras despiertan el orgullo del más tímido rebelde cuando se habla del 8M o del mismo modo manifestaciones de movimientos pro varón se despliegan con cada vez más frecuencia y más intensidad, hasta recurriendo a encadenamientos en puertas de juzgados.
Por la vida de esos niños nadie convocó, esta semana nada de eso pasó.
La violencia se lleva consigo los derechos a una vida infantil disfrutable; las medidas gubernamentales no están siendo suficientes quizás.
Pero lo más triste es la lamentable naturalidad con la que la sociedad en su conjunto está aceptando hechos tan aberrantes como un doble filicidio. Años atrás un hecho ocurrido en Maldonado donde se dio muerte a un niño generó repudio y hubieron expresiones multitudinarias, se hacía referencia al hecho en redes sociales con la foto de una rosa blanca. En las redes sociales no hubo quién no publicara esa fotografía. Esta vez nada sucedió, fue un hecho policial con trascendencia periodística que pasara a formar parte de los números. Con lamentable naturalidad se están aceptando hechos que hace un tiempo despertaban el más descarnado rechazo.
Sergio Rodríguez Heredia