“Uruguay tiene un desafío de competitividad permanente” en el concierto del mercado cárnico internacional

Marcelo Secco.

Las exportaciones uruguayas de productos cárnicos en 2021 batieron récord superando las 700.000 toneladas, siendo los principales mercados China, seguido de la Unión Europa, Estados Unidos y Canadá, y mercados regionales como Chile y Brasil. A la vez, aparecen “algunos otros mercados que Uruguay ha conquistado, y particularmente nosotros tenemos una presencia importante, como por ejemplo Japón, Corea, Islas Canarias, el mercado árabe, Medio Oriente, Israel, que son de menor participación pero con potencial de crecimiento”, consignó a EL TELEGRAFO, Marcelo Secco, CEO Marfrig Uruguay.
En la visión de este empresario, “Uruguay tiene la necesidad y la obligación, y así lo tratamos de hacer desde las empresas, de ir buscando la mejor estructura de valor que podamos conquistar y, obviamente, permanecer en ese mercado”.

MERCADO DE NICHO

Más allá de aspectos relacionados a inocuidad del producto, calidad en la presentación, buenas condiciones edilicias y operativas, cumplimiento en tiempo y forma, un empaque de buena presentación, que ya no son considerados “requisitos, sino que eso es lo que le permite a uno estar o no estar, lo que uno intenta buscar es el mercado de nicho, en donde hay para carne de pasto, para carne terminada de grano, para carne certificada, como el caso de la producción orgánica, que es muy importante para nosotros en el Uruguay, donde integramos un grupo grande de productores de casi un millón de hectáreas certificadas, como una opción más de agregado de valor desde el proceso primario.

Todas esas son diferenciaciones que van por el lado del atributo del producto y del proceso del animal producido; luego el importador lo transmite al consumidor y consigue un diferencial frente al producto que no tiene esos atributos”, señaló Secco.
“O sea, hay parámetros básicos, una idea de cumplimiento y después hay oportunidades de valor, que son procesos de certificación o identidad de producto que van haciendo que los clientes nicho vayan perdurando e insistiendo en tener producto de Uruguay en la cartera”, subrayó.

UN DESAFÍO PERMANENTE

“Uruguay tiene un desafío de competitividad permanente en el contexto internacional, porque compite con otros jugadores grandes e importantes como Brasil, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Argentina, y sumado a ello –y que aporta mucho a esa competitividad– está el nivel de acceso a mercados, sanitario y arancelario”, estableció Secco.

“El sanitario, es el primer desafío que Uruguay ha venido mejorando, básicamente por cuestiones que son integrales a todo el proceso de producción y se soportan con las garantías del sistema sanitario del Uruguay”, señaló.
En cuanto al segundo, el entrevistado analizó: “En una cadena que paga más de 300 millones de impuestos por año, el desafío de mejorar ese nivel de acceso o bajar los requisitos desde el punto de vista fiscal a los principales mercados, es permanente. En todos los mercados que nombré tenemos ese desafío, desde el punto de vista arancelario, de pagar menos impuestos de lo que paga la carne urugaya para poder ser más competitivos en el acceso al consumidor final”.

SOSTENER POSICIÓN EN EL MERCADO

Consultado sobre cómo definiría el momento que atraviesa la industria cárnica, consideró que “siempre que el mercado crece y está bien valorizado, es un buen momento”, entendiendo que hay que “seguir trabajando por mantener y mejorar esos momentos, por lo menos ese es un gran objetivo del trabajo”.
“Nos preocupa y nos desafía cómo mejorar ese nivel de acceso y penetración en el mercado; nos ocupamos y nos preocupamos de todo lo que refiere a costos internos y de ser más eficientes en los procesos que gestionamos”, sostuvo el entrevistado, a la vez de señalar que “en un momento más conflictivo, como es este a nivel mundial, que tiene algunos otros desafíos, y que estamos en valores muy importantes por suerte, nos desafía poder ver cómo sostener esta posición en el mercado, donde Uruguay con poco volumen vende en segmentos de nicho de importante valor”.

Para ello se requiere de “un trabajo que hay que hacer en conjunto entre privados y públicos en sortear algunas limitantes, que algunas son políticas, otras político-estratégicas y algunas sanitarias, como es el acceso de algunos productos a mercados que ya operamos con carne, pero que todavía no podemos operar con todos los tipos de carne y coproductos”, especificó.

LA IMPORTANCIA DEL VALOR AGREGADO

El grupo de origen brasileño Marfrig hace una fuerte apuesta a productos con valor agregado. En el marco de lo que es su industria frigorífica, en la planta de Fray Bentos produce corned beef (carne enlatada) con destino a exportación, y en las de Tacuarembó y Tarariras, hamburguesas para reconocidas firmas instaladas en el mercado local y en el exterior, asi como otros productos que llegan prontos para su consumo al consumidor final.

Precisamente, consultado respecto al porcentaje que significan los productos con valor agregado en el total de exportaciones de productos cárnicos, reconoció que actualmente “aún es bajo, algo cercano al 15%”.
Ello se explica, en primer lugar “porque son mercados protegidos” y, en segundo, “ porque es caro agregar valor en Uruguay, entonces tiene que ser para segmentos de nicho”. No obstante, “algunas compañías como nosotros, estamos convencidos que esa es una de las formas de seguir agregando valor al producto y al país”, concluyó.