Ec. Gabriel Oddone: “Este país funciona, pero podemos hacer las cosas mucho mejor”

El economista Gabriel Oddone brindó en la Sala 1° de Julio de EL TELEGRAFO la conferencia “Perspectivas 2023-2024: Crecimiento, estabilidad y más incertidumbre”. En ocasión de disertar sobre el escenario global y las consecuencias que se esperan para Uruguay, además de los riesgos coyunturales como el impacto de la sequía, Oddone hizo un diagnóstico sobre la situación de la actividad comercial en las ciudades fronterizas y los desafíos políticos que están detrás del problema.

“La dependencia de Uruguay con Argentina y con Brasil no es la misma de los últimos 40 años. Uruguay lleva ocho años con precios en dólares totalmente diferentes a los de Argentina y Brasil, y la economía uruguaya no se entera”. Respecto a la diferencia cambiaria actual con el vecino país, por la cual Argentina resulta mucho más barata para los uruguayos, dijo que “esa es la principal razón por la que una persona que tiene un comercio cerca de la frontera no debería pensar que un evento macroeconómico externo a su negocio va a cambiar la situación. Esto no lo va a cambiar la macroeconomía (de Uruguay) tal como ocurría antes, las distancias de precios son mucho más persistentes de lo que eran en el pasado”, subrayó Oddone.
Para Oddone, cualquier persona que tenga un negocio en las ciudades fronterizas, va a tener que adecuarse a convivir con una ventaja de precios del otro lado, quizás no tan alta como la que hay hoy, pero ventaja al fin.

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“El hacedor de políticas económicas no tiene herramientas para ir contra eso, no se puede estar compensando permanentemente a los comerciantes uruguayos porque las economías vecinas se empobrecieron. Lo que hay pensar, es que la política pública puede ayudar, pero no va a resolver el problema, sin importar el color del gobierno”.
“La otra razón es coyuntural: ningún comerciante de frontera debe esperar que la situación cambie rápidamente. A principios de este año los precios del lado uruguayo duplicaban en promedio a los del lado argentino. El mensaje principal, es que resolver el problema llevará tiempo. En todo caso, lo que debemos pensar en Uruguay para evitar que sigan desapareciendo comercios y empleos, es que las políticas públicas se piensen para frenar la degradación del tejido urbano en esta región. Es un problema de envergadura nacional, pero como no tiene mucha prensa y no es lo suficientemente grande en términos de movimiento de personas, termina barriéndose debajo de la alfombra. Además, las respuestas que se ensayan no funcionan” reflexionó el economista.

LA CLAVE ES PRESIONAR

Oddone cree que nadie se va a poner a pensar en esto si los afectados no presionan, allí es donde está la clave, porque las ideas que aparecen en torno a la temática tienen muy poca solidez. “Los que tienen que hacer lobby son los que están padeciendo esto, y quizás habría que aprender de lo que pasa en la frontera con Brasil. En Artigas, por ejemplo, hay ciertos servicios que se consumen del lado uruguayo, porque son de mejor calidad. Eso genera cierta capacidad de atracción de algunas cosas que no se terminan yendo para el otro lado de la frontera. De esa experiencia se podrían sacar algunas lecciones. En algún momento Argentina, va a revaluar el peso, pero eso requiere un rumbo, que no sabemos cuándo lo va a encarar. Por eso digo que es un tema que va a persistir en el tiempo y debemos estudiarlo” destacó.

LOS DESAFÍOS QUE ENFRENTAMOS

Para cerrar, Oddone dejó algunas reflexiones sobre los desafíos a corto y mediano plazo. Dijo que para poder crecer, “hay que mejorar la productividad y eso se logra haciendo reformas. Una reforma por eficiencia supone una transición en la que habrá gente que no va a poder trabajar. Sabemos que el sector agroexportador no va a estar en condiciones de absorber un desplazamiento de mano de obra. Por otro lado, el sector intensivo en mano de obra, que es el exportador de servicios, contrata calificaciones altas. El problema es que la economía política de una reforma de ese tipo es muy compleja, porque nuestro sector dinámico no está en condiciones de absorber lo que nuestro sector más atrasado tendría que expulsar, es ahí donde nos trancamos”.

“Somos un país que prioriza mucho la cohesión social, nuestro espectro político está muy corrido hacia el centro, por lo que el Estado juega un papel crucial, y con cualquier gobierno la presión fiscal va a seguir siendo del 30% del PBI, eso no va a caer sustancialmente”.
Y cerró remarcando que para sostener ese Estado, y para hacer reformas se requiere liderazgo, “mucho estudio, mucho pienso, y creo que eso podemos hacerlo mejor. Ojalá que el debate electoral esté a la altura en ese sentido”.

“Recorriendo el país en estos días, la impresión que uno tiene cuando habla con empresarios y con la población en general, es que este país, funciona. No somos un desastre y podíamos funcionar mucho mejor si hiciéramos algunas cosas, pero el contrato social que tenemos como país funciona. Miremos la región: Chile, Colombia, Perú y el tipo de debates que hay en esos lugares. Sociedades como la chilena demostraron tener pies de barro, Uruguay en ese sentido es mucho más fuerte que otros países de la región. El sistema político funciona, los partidos también, el debate político es razonable”.