Otro 8 de Marzo

El lema definido por ONU Mujeres y Naciones Unidas para conmemorar este 8 de Marzo de 2023, Día Internacional de la Mujer, es “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género” y habla de la persistencia de la brecha de género en el acceso digital y, por ende, las desventajas que enfrenta más de la mitad de la población para entrar a la cancha en la que hoy se está jugando el partido. La convocatoria de este año es “a los gobiernos, a los movimientos activistas y al sector privado” a acelerar sus esfuerzos por conseguir un mundo digital más seguro, más inclusivo y más equitativo. “La persistencia de la brecha de género en el acceso digital impide a las mujeres disfrutar plenamente del potencial de la tecnología”, afirma el artículo en que se expone la situación de “infrarrepresentación profesional y académica” en disciplinas como ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas –lo que en inglés se sintetiza como STEM, por science, technology, engineering, math–, que sigue siendo un obstáculo “para su participación en la gobernanza y el diseño de la tecnología”. Alude también a “la omnipresente amenaza de la violencia de género en línea –combinada con la falta de amparo legal– que las obliga demasiado a menudo a abandonar los espacios digitales que ocupan”. Todo esto sin dejar de reconocer los enormes aportes y hallazgos que han hecho las mujeres desde los comienzos de la era de la computación, hasta esta actualidad marcada por el crecimiento de la realidad virtual y la inteligencia artificial.

El mundo digital abre puertas para el crecimiento de las mujeres, ofrece posibilidades enormes para aumentar el alcance de emprendedoras mediante el comercio electrónico y repartir el tiempo con las tareas de cuidados que les suelen estar asignadas dentro de la organización familiar. A la par, sin embargo, se está viendo un auge de la pornografía y afines, a través de plataformas de distribución de contenido pago –estilo Onlyfans– cuya puerta de entrada son las redes sociales. Frecuentemente circulan noticias que dan cuenta de “casos de éxito” de mujeres que se dedican a generar contenido para adultos a través de estas plataformas y se ha generado un debate entre quienes piensan que es una forma más de abuso y explotación desde la masculinidad –obviamente son hombres los principales consumidores de los productos (fotos y videos) que se ofrecen allí– y quienes entienden que se trata de una forma de “empoderamiento” de las mujeres, que consiguen un ingreso que en algunos contados casos permiten generar un sustento económico. Lógicamente, no es este el tipo de desarrollo y de inserción deseable para las mujeres en el mundo digital. No pocas veces se ha denunciado que detrás de la industria de la pornografía hay un mundo de violencia y explotación del que han dado testimonio muchas mujeres que han pasado por él, que han logrado salir, pero que aun hoy siguen luchando por lograr que enormes empresas, que se ubican entre los sitios más visitados del mundo, dejen de comerciar con su imagen.

Pero, saliendo del mundo virtual, en la vida terrenal las cosas no están mejores para las mujeres. La combinación de factores entre la pandemia y la guerra, que está afectando toda la economía mundial, impacta sobremanera en el crecimiento de la brecha de género. La cadena turística, que todavía está luchando por dejar atrás los problemas sufridos durante los dos años de práctica detención de actividades y un tercer año en el que el movimiento siguió por debajo de las cifras previas, es una fuerte demandante de mano de obra femenina. Muchísimas empresas alrededor del mundo quedaron por el camino y, aunque se abrieron nuevas oportunidades, todavía queda mucho terreno por recuperar.

Y de la guerra qué podemos decir, si Paysandú ya sabe de las consecuencias que genera un conflicto armado y de lo que cuesta la recuperación, pero no solo de la infraestructura. Hay también una destrucción del tejido social y situaciones de violencia, abuso y desprotección generadas a las que, como respuesta, muchos se dedicaron a lanzar chistes tales como “adopte una ucraniana”, evidenciando una total falta de empatía y exceso de testosterona.

Pero esta guerra en particular –y en especial en nuestro país combinada con la situación de sequía–, ha generado un problema de inflación en todo el mundo, ante el que, una vez más, los más expuestos son los sectores de menores ingresos y menos favorecidos, como por ejemplo las madres solteras con hijos a cargo, dependientes muchas veces de una pensión que debe ser retenida a los padres de esos hijos a través de la Justicia, porque voluntariamente no aparecen.
Vivimos en un mundo que se ha endurecido. Y sin embargo hay quienes piensan que esta fecha tiene que ver con tirar pintura a las iglesias y protestar a la Real Academia porque no les permite deformar el idioma.