Para visibilizar el tema y generar espacio de escucha y acompañamiento, en Ajupe se habló sobre creciente flagelo

Con el objetivo de generar un espacio informativo, pero a la vez de interacción con los participantes, dando lugar a la escucha y la comunicación, días atrás se realizó en la sede de Ajupe una charla sobre prevención de intentos de autoeliminación y suicidio, que estuvo a cargo de la licenciada en Psicología Melina Ferreyra Villa y el Sub Oficial (R) Oscar Naglieri. Los expositores refirieron al aumento paulatino que ha tenido este fenómeno en los últimos años, presentando cifras muy ilustrativas de esta triste realidad, además de aportar conceptos básicos sobre esta temática y hacer hincapié en factores de riesgo y de protección.
A propósito de este verdadero flagelo de nuestra sociedad, Pasividades dialogó con la Lic. Ferreyra, quien en primer término destacó que “teniendo en cuenta la complejidad de la temática, la charla se planificó con el fin de poder generar una instancia y espacio en donde se le dé visibilización al tema, generando así un espacio seguro de escucha y acompañamiento con la seriedad que el tema amerita”.

Entre la información aportada, aludió a cifras que revelan que “cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo. En Uruguay, según lo publicado por el Ministerio de Salud Pública, en el año 2021, 758 personas se suicidaron, un año más el suicidio pasó a ser la primera causa de muerte más violenta en el país, superando así las ocurridas por homicidios y accidentes de tránsito. En el año 2022, según datos emitidos por el MSP, 818 personas se quitaron la vida; esta cifra supera a las del 2021 en un 8%”.

ADULTOS MAYORES CON LAS “MAYORES TASAS DE SUICIDIO”

“Los intentos de autoeliminación y suicidio han ido aumentando paulatinamente en los últimos años tanto en nuestro país como a nivel mundial, siendo el suicidio uno de los principales fenómenos de mortalidad en determinadas franjas etarias”, afirmó. “El suicidio es un fenómeno multicausal y complejo, por lo cual no existe una única causa por la cual la persona decida cometer el acto en sí, es una problemática compleja que afecta a todas las franjas etarias”, explicó.
“Es cierto que las personas de la tercera edad son las que tienen mayores tasas de suicidios”, observó, a la vez de afirmar que “las cifras se incrementan cada vez más con el paso del tiempo, lo que hace que sea necesario detenerse y hablar específicamente de esta etapa del desarrollo tanto en lo que respecta a los factores de riesgo como también a los factores de protección”, observó.
“La vejez o la tercera edad por ser la última etapa del desarrollo presenta algunos factores que indican cierto tipo de vulnerabilidad ante esta temática”, enfatizó.

FACTORES DE RIESGO

La profesional identificó como algunos de esos factores de riesgo en la tercera edad “y a los que debemos estar alertas: enfermedades crónicas, depresiones, sentimientos de soledad, pérdida de seres queridos, la jubilación, el aislamiento social”.
Consultada sobre ante qué síntomas hay que detenerse porque pueden ser una alarma, Ferreyra respondió que “teniendo en cuenta que tanto los intentos de autoeliminación como el suicidio son actos prevenibles que no sólo dependen de los profesionales de la salud, sino de toda la comunidad, debemos no solo preocuparnos sino también ocuparnos del tema para de algún modo ayudar a prevenirlos”.
Algunos de los signos o señales de alerta a los que debemos de prestar atención son: cambio de hábitos, sentimiento de soledad y desesperanza, desmotivación, quejas, somatización, sentirse solo y no querido, falta de proyectos y metas personales, pérdida de interés por cosas que antes lo motivaban, abandono de la educación y/o trabajo”, detalló.

ESCUCHAR CON RESPETO Y EMPATÍA

“Lo principal en estos casos, a la hora de ayudar, es poder brindarle a la persona tranquilidad, escucharla desde el respeto y la empatía, sin minimizar sus emociones y pensamientos, ser honestos y genuinos al momento de conversar con una persona que necesita ayuda, transmitiendo calma e interés por lo que la persona nos está contando”, aconsejó. “No debemos escandalizarnos o emocionarnos así como tampoco debemos hacer preguntas tendenciosas o confusas”, agregó.

DAR VISIBILIDAD AL TEMA

“Como se mencionó anteriormente, los intentos de autoeliminación y suicidio son actos prevenibles. La manera más eficaz de prevenir estos actos es hablando sobre el tema, dar visibilidad e informarnos acerca del fenómeno. De esta manera podemos adquirir las herramientas y recursos adecuados para poder detectar lo antes posible cualquier tipo de señal o signo de alerta”, consideró.
Recordó asimismo que “existen en nuestro país líneas telefónicas a las que se puede acudir en cualquier caso de emergencia de este tipo. Las mismas funcionan los 365 días del año las 24 horas del día: Línea Vida ASSE 0800 0767 / *0767; Apoyo emocional 0800 1920 / *1920; Emergencia ASSE 472 24836; Equipo de Salud Mental ASSE 472 24838 int 182; Emergencia Comepa 472 32100”.

INTERÉS EN LA TEMÁTICA

“En el transcurrir de la charla, los presentes fueron de a poco comentando y manifestando diferentes pensamientos y perspectivas sobre los puntos abordados. Hubieron quienes se mostraron sorprendidos al hablar de cifras y tasas así como también asombró al momento de hablar y derribar ciertos mitos. Del mismo modo, algunos de ellos desconocían la existencia de las líneas telefónicas de emergencia. En líneas generales demostraron interés en la temática, se interesaron por preguntar, aprender y cuestionarse sobre lo que cada uno puede aportar desde su lugar para contribuir en esta problemática”, concluyó la entrevistada al referirse a esta interesante instancia.