Sup yoga, más que bienestar

Por Natalia Modernel
Fotos: gentileza

Seguramente varios sanduceros que concurren a la Playa Municipal hayan notado un grupo de personas haciendo ejercicio sobre tablas flotando en el río. Pía Langenhin es quien ha llevado esta práctica del Sup Yoga a nuestras costas. Al respecto, contó que “el yoga que practicamos se llama Vinyasa Hatha y ahora sumamos a esa práctica el estar sobre las tablas de Stand Up Paddle. Este tipo de Yoga se le llama Sup Yoga; Sup por la abreviación de Stand Up Paddle (la disciplina de remo sobre tablas, estando de pie) y sumado a yoga”.

“A las prácticas habituales le sumamos el desafío de estar sobre el agua y las clases son una experiencia increíble. Para poder brindar esta experiencia acá, recibimos el apoyo de un centro donde también tienen una escuela de Sup, y ellos nos proporcionan las tablas para practicarlo”.

Luego de haberse formado como profesora de yoga en el Instituto Patanjali, cambió su vida en Montevideo, donde se dedicaba al diseño de modas, se volvió a vivir a Paysandú y paralelamente comenzó sus estudios de Sicología. “Entiendo que yoga y sicología están muy vinculadas; considero que yoga es una herramienta para nuestra vida, nos enseña a vivir más conscientes y presentes. A mí en particular me brindó mucho autoconocimiento y me permitió conectar con mi propósito, el de dedicarme al bienestar. Ya hace dos años que estoy en este camino, estando capacitada para ayudar a adultos, niños y embarazadas”.

Pía asegura que cada día se acercan más personas a practicar porque es una herramienta para conectar con nosotros mismos y sanar, y es el interés de la gente lo que la impulsa a seguir creciendo e innovando. “A través del yoga entendemos que somos la unión de cuerpo, mente y ser. Y en ese equilibrio logramos bienestar y armonía. La práctica de yoga nos ayuda a movilizar nuestra energía vital, mediante las distintas asanas (posturas) y así lograr equilibrarnos. La meditación es fundamental en cada clase y tiene beneficios físicos y mentales. Yoga es una disciplina y como tal, requiere de compromiso con la práctica y con nuestro propio bienestar”.

A todo lo anterior, agregó que “la experiencia de práctica de yoga sobre el agua es increíble porque se vuelve una experiencia sensorial completa. Conectamos con el sentido de la vista, teniendo un hermoso panorama, el agua está increíblemente transparente y asombra, el sol nos envuelve la piel y nos da una sensación placentera, el agua se siente fresca y ligera cuando sumergimos las manos en Savasana (relajación) y todo esto nos vuelve al presente. Particularmente con Sup Yoga aprendemos que lo que nos rodea está en constante movimiento y cambio, la vida misma es así, lo único constante es el cambio. Y el desafío está en buscar y trabajar sobre nuestro eje físico y emocional para poder transitar ese movimiento. Cuando perdemos nuestro eje comenzamos a sentir inestabilidad y nos caemos al agua. ¿Tiene algo de malo? ¡No! ¡Nada! Porque volvemos a intentarlo y volvemos a trabajar sobre nuestro cuerpo y energía para volver a acompañar el movimiento y la fuerza del agua. Recomendamos saber nadar pero se practica a una profundidad baja, donde se da pie”.