Escuela de Artesanías y Fundación Chaco trabajan en pos del intercambio cultural

“Es un gran honor participar y estar generando este intercambio cultural con la Escuela de Artesanías, que siempre está bregando para que, a través de los oficios, se genere trabajo, inserción social, contención, para los artesanos y las artesanas”, destacó a EL TELEGRAFO el presidente de la Fundación Chaco Cultural, Gonzalo Suárez López. Su participación en la 56.ª Semana de la Cerveza, respondió a la invitación realizada por la Escuela Departamental de Artesanía, luego de que esta asistiera al V Encuentro de Maestros y Maestras Artesanos Argentinos, que se desarrolló en el marco de la XXII Bienal Internacional de la Escultura 2022 del Chaco.

En la ocasión, junto al encargado de la Escuela de Artesanías, Rodrigo Vercellino, adelantaron que se está trabajando para la concreción de un convenio de intercambio cultural para fomentar la artesanía.

Para Suárez, quien además integra el Chaco Buró, organizador de exposiciones y congresos en esta provincia, la Semana de la Cerveza se trata de “un muy buen evento, se nota una buena producción y la organización sobre todo muy cuidada, así que los felicito. Debe ser una fiesta de las más grandes del país, me imagino, por la cantidad de asistentes y expositores”, por lo que “la verdad es un gran honor participar y estar generando este intercambio cultural con la Escuela de Artesanías que siempre está bregando para que, a través de los oficios, se genere trabajo, inserción social, contención, para los artesanos y las artesanas, así que es un trabajo muy lindo”.

En la Fundación Chaco Cultural “nosotros trabajamos de una manera parecida con talleres de enseñanza de los distintos oficios artesanales y sobre todo en aquellos que se están perdiendo. Hay muchos oficios tradicionales como guasqueros que trabajan en cuero crudo, los tejidos en telar, que son patrimonio inmaterial declarado por la Unesco, pero que por ahí se están dejando de hacer porque la tecnología nos avanza demasiado, o por cuestiones económicas y sociales que hacen emigrar los pueblos de zonas rurales a las ciudades. Por lo menos en nuestro país pasa eso y se pierde la línea de transmisión de padre a hijo de estos oficios. Estamos trabajando muy fuertemente en eso y seguramente vamos a seguir trabajando en adelante junto con la Escuela de Artesanías”, resaltó.

“FORTALECIENDO LAZOS”

De su lado, Vercellino consideró oportuno “destacar la calidad de la artesanías”, que se pudieron observar en esta Semana, donde el “95% de los artesanos uruguayos presentes son sanduceros y la mayoría egresados de la Escuela de Artesanías o estudiantes”, por lo que manifestó su orgullo “de que ellos puedan mostrar, puedan tener una salida laboral, que por eso es que se pelea también”. Resaltó el poder estar junto al presidente de esta fundación argentina “fortaleciendo lazos a presto de poder formar un convenio de intercambio cultural”, para lo que se está trabajando. “Se vienen muchas cosas auspiciosas que cuando nos podemos juntar con la vecina orilla, en este caso con el Chaco y con Gonzalo, que viene hace años trabajando en eso, con mucha sapiencia, podemos llegar a lograr un buen fin”, dijo entusiasmado.

En ese sentido adelantó que aún “está todo en papel; nosotros iniciamos un trámite que va a un expediente y después lo firmará la Fundación Chaco con la Intendencia”.
“Vendremos pronto, cuando eso llegue a buen puerto”, lo que será “un buen logro tanto para nosotros como para esta relación binacional, porque creo que Uruguay y Argentina somos en América Latina los que tenemos más lazos en común”, valoró Suárez.
“Estamos muy contentos con el trabajo y sabemos que es trabajar para los artesanos, las artesanías y la difusiones”, consideró, entendiendo que es un esfuerzo en el que más allá de ideologías o sectores políticos, “creo que todos tienen que estar de acuerdo” en esta labor “en conjunto para la difusión de la artesanía para preservar el patrimonio cultural”, teniendo en cuenta además que es “la forma más rápida de conseguir inserción laboral, económica y social”.

Enfatizó en el “valor intangible” de un producto artesanal por la “dimensión cultural patrimonial” que tiene, entendiendo que los esfuerzos deben enfocarse en “la formación del público para que sepa apreciar una artesanía genuina” frente a una pieza producida en forma serial.