La gestión turística de las termas de Guaviyú

Resulta notorio tanto para quienes viven en nuestro departamento como para aquellas personas que nos visitan, que nos encontramos transcurriendo una edición muy especial de la denominada Semana de la Cerveza. No nos referimos solamente a una evaluación cuantitativa de los turistas que han llegado hasta Paysandú en una cantidad muy importante, sino también al estado de la ciudad, de sus parques, calles y plazas, así como al espíritu que nos impregna. Sin lugar a duda existe una “sensación térmica” de que se trata de una muy buena edición de este tradicional evento local, para la cual la ciudad se ha vestido con sus mejores galas y está cosechando el cuidado que durante todo el año se realiza de los espacios públicos y que constituye una clara diferencia con las anteriores administraciones departamentales.

En todo este auspicioso panorama, existe una “Cenicienta” a la cual su carroza no se le transformó en calabaza al llegar la medianoche: las termas de Guaviyú. En efecto, hace algunos días nuestro diario informaba que “se inauguraron en Termas de Guaviyú obras de renovación y reestructura, valuadas en más de un millón de dólares, financiadas por el fideicomiso y un aporte del Ministerio de Turismo, que incluyeron una nueva piscina, 18 años después de la última construida, en 2005.

Se reformó el auditorio, ahora sin escenario, con capacidad para 80 personas, se realizó una nueva batería de baños y la primera piscina de horizonte infinito con que cuenta el centro turístico sanducero, con una capacidad para 200.000 litros de agua. (…) Todas las obras realizadas tienen accesibilidad para personas con discapacidad y en el caso de los baños se utiliza ahora agua extraída con pozo semisurgente, racionalizando el uso de agua termal para piscinas y duchas.(…) El intendente Nicolás Olivera recordó el estancamiento del turismo termal en Paysandú y aseguró que esta obra fue posible gracias al concepto de invertir en proyectos extraordinarios los fondos del fideicomiso.

“Paysandú perdió ‘N’ cantidad de años con respecto a otros centros termales. Saber eso dolía y nos preguntábamos qué pasaba que Paysandú, teniendo la bonanza del agua caliente, del espacio, de la belleza natural y de tener el primer centro termal del país, así como su gente tan especial, que tan buena anfitriona es, no seguía el ritmo de crecimiento de otros centros termales”, dijo.

“Quedamos presos del tiempo”, aseguró y sostuvo enseguida que “es que seguramente siempre había algo más importante que hacer que inyectar dinero en las termas. Y sé que es difícil decidir eso. Gobernar es administrar prioridades. A veces decidir dejar de hacer tal o cual obra para invertir dinero en las termas, no es sencillo, porque hay que determinar cuánta gente puede beneficiarse en su calidad de vida”.
Adicionalmente, el nuevo modelo aplicado por la actual administración a las termas de Guaviyú incluye una novedad sustancial que aporta valor agregado a todas las partes involucradas: el establecimiento de un sistema de pasantías mediante el cual la Universidad del Trabajo (UTU) también utilizará la gestión de la motelería como parte de las prácticas estudiantiles en el área de turismo, asegurándole de esa forma un perfil profesional a la administración de estos servicios.

Tal como fuera destacado desde estas mismas páginas editoriales hace algunas semanas, “resulta de vital importancia y de carácter por demás novedoso la participación de UTU y de sus alumnos en el proyecto, lo que garantiza la necesaria profesionalización en los servicios prestados, un aspecto que resulta trascendente para los visitantes al mismo tiempo que les brinda experiencia a sus estudiantes. Si los visitantes no son atendidos en forma amable y diligente en un lugar, difícilmente vuelvan a visitarlo y para peor serán difusores de malas referencias. Así las cosas, ese involucramiento de UTU constituye un verdadero “golazo de media cancha”. Eso es así porque en materia de turismo (como en tantos campos de la actividad económica) se requiere recurrir a los que saben, a los que tienen experiencia y estudios en la materia que les permita construir un destino atractivo. En el caso de las termas de Guaviyú esa tarea es aún más compleja, ya que no se trata de “arrancar desde cero” sino de superar una imagen negativa que, con sobrados motivos, proyectó sobre sus eventuales visitantes, muchos de los cuales preferían seguir de largo por ruta 3 hasta los centros termales salteños.

Este cambio en la gestión de Guaviyú debe ir acompañada tanto en ese centro termal como en todo el departamento, por un fuerte posicionamiento e involucramiento de todos los sanduceros con respecto al trato a quienes nos visitan, ya que somos una comunidad receptora de turismo y como tal debemos asumirnos. De acuerdo con el académico Juan Carlos Monterrubio Cordero (doctor y profesor-investigador en Turismo de la Universidad Autónoma del Estado de México), “la comunidad receptora como parte del sistema turístico mantiene un papel muy importante con todos y cada uno de los otros elementos que constituyen el sistema. La comunidad local es simple y complejamente un elemento imprescindible en la existencia del turismo. Por un lado, la comunidad, aunque quizá como parte de su vida ordinaria, provee los servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades de la demanda, del visitante. Estos servicios incluyen no sólo aquellos relacionados con la satisfacción de necesidades fisiológicas (hospedaje y alimentación), sino también aquellos como servicios médicos, de recreación, y de consumo; es decir, servicios que fueron mayormente generados para beneficio de la comunidad local pero que son paralelamente aprovechados por el turismo. (…) Asimismo, la comunidad local, dentro de un contexto de oferta y demanda, se ha incluso identificado como un elemento clave en el atractivo de los destinos. El grado de amabilidad u hostilidad que la comunidad receptora presente es de suma importancia a tal grado de poder determinar la visita o el regreso de turistas al destino. En este mismo sentido, la disposición de la comunidad local ante el turismo puede definir el éxito o fracaso de un destino turístico, tal y como se ha mostrado en aquellos estudios basados en la teoría del ciclo de vida de los destinos turísticos”.

En el día de hoy culminará la 56ª edición de la Semana de la Cerveza y la ciudad retomará poco a poco su ritmo normal. Lo importante es que durante varios días e incluso desde antes, todos los actores del quehacer turístico (autoridades nacionales, gobierno departamental, operadores privados y comunidad receptora) fuimos capaces de recibir y atender a quienes nos visitaron y lo hemos hecho de una manera diferente: con mayor y mejor infraestructura y con atención especializada a través de los alumnos de UTU.
No es poca cosa, especialmente para un centro termal como el de Guaviyú, que durante años desaprovechó su enorme potencial, al cual hoy se apresta a sacarle todo el brillo que puede y debe dar. Que así sea.