La Argentina “baratísima” que persistirá por un tiempo

Los economistas, comerciantes de la región y las encuestas de las cámaras empresariales coinciden en que Argentina continuará como un destino barato durante el 2024. El triunfo de Javier Milei sobre Sergio Massa presenta un cambio político en el escenario regional, pero el impacto económico no llegará en forma inmediata.
Por lo demás, la actividad comercial se contrajo no sólo en la frontera sino a nivel nacional en el trimestre analizado entre julio y setiembre, en forma más pronunciada en comparación al trimestre anterior. Según la última encuesta de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, las micro y pequeñas empresas registraron guarismos negativos de -4,1% y -3%, respectivamente. Los departamentos del litoral están más comprometidos con dos trimestres consecutivos de caída en las ventas.
Los descensos se constatan en la mayoría de los rubros y anticipan un horizonte complejo, con desafíos similares a los planteados desde la apertura de los puentes internacionales, una vez finalizada la pandemia. La Argentina “baratísima” continuará atractiva, a la espera de los anuncios del nuevo gobierno. Sin embargo, puede preverse un aumento de la cotización del dólar oficial y una baja del dólar blue, sin grandes transformaciones. Eso, de hecho, ocurrió esta semana, aunque el billete verde sigue alto.
Pero en definitva, este Milei que llega por acuerdos con otros partidos y sin mayoría parlamentaria, no es aquel que anunciaba la “motosierra” sin medida.
En cuanto al turismo, un rubro en el que Uruguay sigue siendo “argentinodependiente”, los operadores apuntan a una temporada igual a la de 2022. Si bien la gran mayoría de los argentinos residentes en el Este del país votaron al presidente electo, no implica que ese efecto sea inmediato porque no alcanza con la llegada de argentinos de elevado poder adquisitivo.
La incertidumbre persiste porque si bien en Maldonado reciben consultas a esta altura del año, en Rocha ocurre todo lo contrario, con reservas de turismo interno. La dolarización tan anunciada o la cara más visible del “efecto Milei” beneficiaría al país a largo plazo porque cerraría la brecha cambiaria que licúa la economía regional y trae mayores perjuicios en el litoral. Incluso mejoraría las compras a crédito de los turistas argentinos en el país.
Al menos los mercados le dieron un voto de confianza al nuevo mandatario, a la espera de las correcciones de variables que afectan a los vecinos, pero que implican un tiro por elevación a las economías regionales. Por ejemplo, la inflación, los diversos tipos de cambios existentes, la deuda y el déficit fiscal que implicará ajustes dolorosos.
Es que en medio de estas estimaciones, pasa la realidad que indica una década sin crecimiento en la actividad económica de un país que cuenta con importantes reservas minerales y agropecuarias. De hecho, el Producto Bruto Interno se encuentra en niveles similares a 2011 y contrasta brutalmente con otros de la región.
Milei asumirá el 10 de diciembre. Por lo tanto, el 2024 seguirá con una inflación alta y con crecimiento bajo. Octubre cerró con una inflación mensual de 8,3% y 142,7% interanual –con posible llegada al 180% a fin de año–, donde el Índice de Precios al Consumidor registró una variación de 120%, según el oficialista Indec. Es decir, una Argentina aún pobre por un tiempo.
En medio de estas cuestiones técnicas, no debe dejar de mirarse el aspecto político y el margen de gobernabilidad para aplicar medidas o efectivizar anuncios realizados durante la campaña electoral. A pesar de Vaca Muerta y el dólar alto que favorece las exportaciones, la economía argentina sostiene retenciones significativas al sector agroexportador. Y, a todo esto, deberán sumarse los efectos de la larga sequía que afectó a la región.
Esto decantó en más de un 40% de la población pobre y un 10% indigente, con cifras que también corresponden al Indec. Porque sube la inflación, baja la productividad y el salario pierde poder adquisitivo.
Todo esto, como resultado de un aumento del gasto público y de una constante emisión monetaria. Por eso, fueron meses turbulentos para los argentinos que debieron transitar entre la máquina de emisión de Massa y los anuncios de motosierra de Milei que busca dinamitar el Banco Central.
Sin embargo, el nuevo presidente se enfrenta a los vencimientos de las deudas abultadas entre 2024 y 2025, a una devaluación y al riesgo de “una hiper”, tal como él mismo la define.
Por el momento, la cartera de Economía y el Banco Central quedarán en manos de “macristas”. Luis Caputo, en Economía, fue el secretario de Finanzas de Mauricio Macri y descartó una dolarización inmediata. Por lo tanto, la mano del expresidente está visible y envió un mensaje a la interna de la nueva coalición que gobernará. Nada de pasiones desenfrenadas ni disrupciones abruptas. Es algo así como el adulto que puso madurez en la sala de novatos durante el llamado Pacto de Acassuso.
Pero nada mal para un docente univesitario de Economía que en 2016 pisó por primera vez un estudio de televisión y a partir de ese momento no lo abandonó, por su forma iracunda de polemizar. Con esa visiblidad, se presentó en el año 2021 a las elecciones de medio término como candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires y ganó con el 17% de los votos. Desde entonces, sorteaba su salario de parlamentario todos los meses –aproximadamente mil dólares– entre más de un millón de inscriptos.
En la primera vuelta electoral, llegó en segundo lugar con el 30% de los votos, detrás del 38% de Massa. En el balotaje el mapa cambió y el 19 de noviembre se impuso con el 55,6% de los votos, contra el 44,3% de su contrincante.
Nada mal para un autodefinido “outsider” que va contra la “casta” o la clase política argentina que vive del Estado y sobre la que ha prometido “destruirla desde adentro”.