Y dale con “la temporada”

El Ministerio de Turismo dio a conocer números muy favorables sobre el desempeño del sector durante el tercer trimestre. Los datos, elaborados por el Departamento de Investigación y Estadísticas del Ministerio de Turismo, corresponden al movimiento en los meses de julio, agosto y setiembre de 2023, que al cierre del período, es decir, transcurridos nueve meses de este año, superan la totalidad de los ingresos del año pasado. La suma de los tres trimestres cerrados en setiembre de 2023 fue de un ingreso de 2.769.734 personas, mientras que en todo el 2022 ingresaron al país 2.466.929.
Puntualmente en el trimestre julio-agosto-setiembre, ingresaron al país 792.734, guarismo que fue el más alto de los últimos diez años, al dejar atrás los datos del 2017. El gasto, en tanto, se ubicó en los 305 millones de dólares, también superando al mismo trimestre del 2022. Argentinos y brasileros fueron los extranjeros más representativos en el país, pero en particular los norteños mostraron “un importante crecimiento”, al alcanzar los 150.007. Esta cifra, según la cartera, fue un 22,8 por ciento mayor respecto al 2017, también la mejor cifra de los últimos diez años. También creció, en comparación con el año pasado, el ingreso de visitantes argentinos, que fueron 263.807 en los tres meses citados, esto es un 19,77% más que el mismo lapso del 2022. Los argentinos, se estima, gastaron unos 98 millones de dólares en el trimestre y de otros 63 millones de dólares fue el gasto de los brasileños.
El informe de la cartera también referenció la salida de turistas uruguayos al extranjero, que confirmó la tendencia que traíamos de que los uruguayos están saliendo de fronteras con mayor frecuencia. Lo hicieron, de acuerdo con los datos de la cartera, 1.303.405 uruguayos, que gastaron U$S 562 millones.
Más allá de que la balanza es desfavorable, en el sentido de que Uruguay “exportó” más turismo del que ingresó al país, tanto en cantidad de personas, pero especialmente en el gasto, queda una vez más en evidencia la persistencia del “Factor Argentina”, incidiendo, tal vez —según los datos— no tanto en limitar las llegadas, pero sí concitando la atención de los uruguayos por salir de fronteras en dirección al país hermano.
Pero lo otro que demuestran esos datos es que en cierto punto resulta hasta obsoleto seguir hablando en términos de “la temporada de verano”, como aquella antigua concepción basada en un comportamiento de las familias que se instalaban durante los largos meses estivales a pasarlo a la orilla del mar hasta que llegase el momento de retomar las actividades del año. Esto ya no funciona así desde hace mucho tiempo. Sin embargo persiste en el imaginario esta idea de la temporada estival, en tiempos en que los medios de transporte y la conectividad ha cambiado muchísimo y también el comportamiento de los turistas.
El concepto de “la temporada”, además, omite una gran variedad de opciones complementarias o alternativas que el país ha venido construyendo en las últimas décadas. Hacer turismo ya no es solamente viajar al mar, como tampoco el turismo se limita exclusivamente a los meses de verano. De hecho en los mismos departamentos costeros hay una concepción más actualizada que incorpora dentro de la idea de “la temporada” a los fines de semana —largos o no— de los meses previos y posteriores al verano.
Que siguen siendo el verano y la costa atlántica dos muy fuertes argumentos del turismo en el país, no hay quien pueda dudarlo seriamente. Sin embargo, seguir hablando de “la temporada” para referirse al turismo en Uruguay queda no solamente desactualizado sino que además es injusto para con otras ofertas. Y es injusto cuando quienes siguen rigiéndose por ese concepto de “la temporada” son quienes tienen que tomar las decisiones en materia turística en el país. Del mismo modo se comete un error al aludir a una supuesta “temporada termal” que teóricamente elude los meses de mayor intensidad en el calor litoraleño, meses en los que, sin embargo, el ingreso iguala o incluso supera a otros momentos del año.
Dice un titular en la página del Ministerio de Turismo: “La Costa Oceánica se apronta para la próxima temporada de verano”, en un artículo que alude a un desayuno llevado a cabo en el Aeropuerto de Laguna del Sauce, en el que participaron el Ministro Tabaré Viera con los intendentes de Maldonado, Enrique Antía, y de Rocha, Alejo Umpiérrez. Más allá de la alusión a esta idea, en una rueda de prensa posterior, el ministro informó acerca de una reunión con la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, con el objetivo de “analizar los beneficios a los turistas y desarrollar un plan que se aplique luego de culminada la temporada alta pensando sobre todo en el turismo interno”.
Ahí está de nuevo la idea de la “temporada turística”, asociada a una política de estímulo que bien podría mantenerse en otros momentos del año o incluso tener una conducta contracíclica para favorecer el ingreso de visitantes fuera de esa “temporada” en la que tal vez hubiesen venido de todos modos, o, mejor aún, favorecer el desarrollo de otras alternativas turísticas con las que convocar a visitantes extranjeros.
Mientras estos conceptos no cambien, seguiremos viéndolo de lejos, como en aquellos viejos tiempos en los que la TV ofrecía aquellos “Verano del…” en directo desde Punta del Este.