La Justicia imputó a dos hombres de 24 años que fueron reducidos por la Policía cuando intentaban huir tras perpetrar una rapiña en un comercio. Asimismo se comprobó que venían llevando a cabo el mismo tipo de delito principalmente durante Semana de Turismo.
Según información remitida por Jefatura, próximo a las 15 del domingo en circunstancias que personal del Área de Respuesta y Patrullaje (ARP) realizaba una recorrida por la zona de avenida San Martín al Este y Monte Caseros vieron que dos personas arribaron a un comercio donde dejaron la moto encendida e ingresaron con cascos protectores colocados. Al sospechar que podría tratarse de una rapiña, los uniformados pidieron apoyo, haciéndose presente de inmediato efectivos de la Comisaría Tercera. En tanto, cuando los dos hombres pretendieron huir del comercio, tras cometer el asalto, fueron reducidos y detenidos.
Mientras procedieron a identificarlos como Miguel Alejandro Dávila Cabrera y Ronald Andrés Aramburu Rojas, ambos poseedores de antecedentes penales, se le tomó declaración a las víctimas y testigos quienes indicaron que los delincuentes ingresaron al comercio exhibiendo un arma de fuego, increpando a un cliente exigiéndole el dinero y el celular, y a las empleadas la recaudación. Asimismo, realizado el registro a sus pertenencias, la Policía incautó un arma de fuego Browning calibre .32 con una munición en la recámara, una mochila con 15.880 pesos y un teléfono celular. Fueron trasladados al local policial y puestos a disposición de la Justicia.
RAPIÑEROS “DE LEY”
Una vez en la comisaría, se supo que ambos estaban siendo investigados por la Unidad de Investigaciones de la Zona Operacional 1 en relación a otros delitos bajo la misma modalidad. El primero de ellos correspondía al 21 de marzo en un local de Charrúas y Enrique Chaplin, donde mediante amenazas habían logrado robar la recaudación del día.
En tanto, otro de los hechos –que fuera informado oportunamente por EL TELEGRAFO– ocurrió el 29 de marzo en la estación de servicio de Enrique Chaplin y República Argentina, donde además hirieron a dos empleados. Minutos antes de la medianoche de ese día, un hombre con casco y visera oscura ingresó al local con gran violencia, exhibiendo un arma de fuego. De inmediato redujo a tres trabajadores apuntando con el arma a la cabeza de uno de ellos, asestándole un culatazo. A los segundos, entró al comercio su secuaz quien con la cabeza cubierta por un casco de similares características al anterior pero más tranquilidad, se dirigió a la caja registradora y extrajo 5.000 pesos, mientras el que portaba el arma le quitó el celular a uno de los pisteros. Luego, sustrajeron cartones de cigarrillos y bebidas alcohólicas. En ese momento ingresó un cliente, el que quedó atónito ante la situación, pero afortunadamente no resultó lesionado. En cuestión de poco más de un minuto se dieron a la fuga corriendo por calle Sarandí al oeste.
De inmediato, uno de los pisteros llamó a la Policía, por lo que acudieron varios móviles de Seccional Tercera, GRT e Investigaciones, además de autoridades policiales. Los médicos de dos ambulancias asistieron a los empleados, quienes fueron diagnosticados con heridas leves y se encuentran fuera de peligro.
Asimismo, ese mismo día habían hurtado un birrodado, y a su vez cometido otra rapiña en una panadería en Joaquín Suárez y Washington, de donde se llevaron la suma de 10.000 pesos, una mochila y un teléfono celular.
Por su parte, la Policía comprobó que el mismo día de su detención habían concurrido a un comercio de Ciudad de Young y Bolívar donde mediante amenazas con arma de fuego exigieron la recaudación.
Elevados los antecedentes al Juzgado Penal de Octavo Turno, con intervención de la Fiscalía de Primer Turno, se dispuso la formalización de la investigación y posterior juicio abreviado respecto de Miguel Alejandro Dávila Cabrera y Ronald Andrés Aramburu Rojas, quienes resultaron imputados y condenados por “cinco delitos de rapiña especialmente agravada, dos de ellas en grado de tentativa, en concurso fuera de la reiteración, con dos delitos de lesiones personales, imponiéndoles la pena de 7 años y 4 meses de penitenciaría de cumplimiento efectivo en el INR. En el caso de Dávila Cabrera se le imputó además un delito de receptación.
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