Departamento de Química del Litoral: apuesta a la ciencia interdisciplinaria

El Departamento de Química del Litoral (DQL) es un espacio académico del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte que que nuclea a investigadores, docentes y estudiantes del área con el objetivo de abordar problemas relacionados a la agroindustria y los alimentos.
El DQL se creó en el 2012 y mayoritariamente sus actividades se desarrollan en los laboratorios ubicados en la Estación Experimental Dr. Mario A. Cassinoni (Eemac), donde comparten con pares de las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de la República y se integra así un espacio interdisciplinario y complementario. El departamento está integrado por 16 docentes efectivos y 7 interinos; además se encuentran vinculados a su funcionamiento investigadores con becas y proyectos de posgrado.
El espacio ha sido construido y equipado exclusivamente con fondos del presupuesto universitario, con una alta inversión en equipamiento, y comprende una plataforma de alta tecnología analítica equipada, con dos espectrómetros de resonancia magnética nuclear (RMN) de 400 y 500 MHz y un equipo de cromatografía líquida acoplado a un espectrómetro de masas, del tipo ‘triple cuadrupolo con trampa de iones lineal’ o ‘Qtrap’. Este equipamiento permite desarrollar las funciones de investigación, extensión y enseñanza y es el único laboratorio de la región que plantea la aplicación de estas herramientas analíticas al área de la química agrícola.
La directora del DQL, la docente y doctora en Química Lucía Pareja, explicó que en materia de enseñanza, el departamento es responsable de las carreras de Facultad de Química que se dictan en el Cenur Litoral Norte. “Nuestra carrera estrella y la que está completa en la sede es Químico Orientación Agrícola y Medioambiente y la Licenciatura en Química. Esas dos carreras se las puede cursar enteras en la región. Además, tenemos tramos de carreras, como Ingeniería de Alimentos, Ingeniería Química, Bioquímico Clínico, Químico Farmacéutico, Licenciatura en Biotecnología y la Licenciatura en Tecnologías de la Química” que se pueden comenzar en el Cenur y continuar en Montevideo. También muchos estudiantes de posgrado eligen la región para avanzar con sus estudios e investigaciones en las líneas que lleva adelante el departamento, las cuáles están relacionadas con el ambiente, la agricultura, la ganadería y la salud”.
Macarena Eugui, docente y egresada de la carrera de Químico Agrícola y Medioambiente en el Cenur, sostuvo que dentro de las líneas estratégicas de investigación que se trabajan se destaca la salud, por el gran crecimiento de carreras en el área que ha tenido la sede Paysandú. “Tenemos muchas líneas de investigación hacia ese lugar que van desde la síntesis de fármacos hasta el diagnóstico de enfermedades por otras estrategias que no son las habituales, por ejemplo, o también la producción de vacunas”, afirmó.
El área abarca la salud a nivel humano y también a nivel animal y vegetal. “La idea es justamente interactuar con la salud humana, animal, ambiente, alimentos, inocuidad”, agregó Pareja.

La riqueza de la interdisciplina

A diferencia de Montevideo, donde las carreras de Química se dictan exclusivamente en el edificio de la facultad, el Departamento de Química del Litoral ofrece la oportunidad de la interacción constante con distintas disciplinas en la cotidianidad. Así lo destacó la directora: “el estar enmarcados en la Eemac nos hace nutrirnos de todas las interacciones con veterinarios y agrónomos, pero también hemos trabajado con psicólogos, médicos, inclusive con el departamento de ciencias sociales, capaz que más en la parte de extensión o de relacionamiento con el medio, pero interactuamos mucho más naturalmente que en Montevideo”.
Por su parte, Eugui agregó: “es más fácil la interacción, incluso ya desde la formación de grado, nosotros compartimos asignaturas con las carreras de Veterinaria y Agronomía por excelencia, pero además como nuestro primer año es a través del Ciclo Inicial Optativo de Ciencia y Tecnología, compartimos con estudiantes de Ingeniería en Computación, de Ingeniería Biológica, de la Licenciatura en Biología Humana, entre otras”.
Sobre el perfil de egreso, la docente consideró que es diferente en Paysandú. “Nosotros tenemos un perfil del egreso que es diferente al químico agrícola que egresa en Montevideo, eso seguro, por nuestra propia existencia en un Cenur interdisciplinario y que no tenemos solamente contactos con docentes de Facultad de Química”.
Un aspecto muy destacado que ofrece la sede para los estudiantes que eligen el departamento tiene que ver con los grupos pequeños de estudiantes, lo que permite un acompañamiento más personalizado. “En general, al ser una carrera con un número de estudiantes relativamente pequeño, podemos interaccionar mejor o pueden trabajar en líneas de investigación prácticamente después de los primeros laboratorios. Se enfrentan a desafíos que capaz que un estudiante en Montevideo los tiene recién cuando se recibe”, manifestó Pareja.

Lo abstracto de la profesión y las salidas profesionales

Eugui reflexionó también sobre la percepción de la carrera: “La verdad es que la química no es una materia que les guste a los estudiantes en el liceo, no es una materia que vos digas ‘¡cómo me gusta!’. No. La matemática y la física, que son las bases también para los primeros años, a veces ahuyentan un poco. Tenemos mucha carga de física, matemática y química básica los primeros tres años. Eso a veces desanima, y tampoco es que nos conoce todo el mundo. Estamos en ese proceso de que la gente nos vea como una buena opción”.
Destacó también que Paysandú es una ciudad con fuerte presencia de propuestas educativas en Química: “Tenemos la UTEC que también tiene una licenciatura en análisis alimentario, el bachillerato en química, el químico agrícola y medioambiental… Paysandú está considerado un centro con mucha relevancia en química”.
Eugui subrayó además el valor de atraer estudiantes de otros departamentos: “Claramente faltan estudiantes, pero tenemos muchos de otros lados, que para nosotros eso también es valioso. Tenemos estudiantes que ahora vienen de Tacuarembó, de Salto, que eligen venir hasta acá. A veces les queda la misma distancia a Montevideo pero sin embargo eligen Paysandú”.
En relación con las inserción profesional y el imaginario social de la química, explicó: “No es una carrera que todo el mundo quiera, como medicina. Nadie dice ‘quiero ser químico’, entonces lleva más tiempo visibilizar las posibilidades reales de la carrera”.
Por su parte, Pareja consideró que a veces no se conoce en qué pueden trabajar, “el químico puede trabajar en muchísimas cosas, descubrir o resolver muchísimos problemas que hoy quizás no se ven. Por ejemplo, trabajar a la par de un agrónomo en el tratamiento de plaguicidas, o en el diseño de rotación de cultivos. También junto a veterinarios, modelar la curva de decaimiento de un fármaco en un animal.
Todo eso no se imagina. El imaginario del químico es alguien en un laboratorio haciendo descubrimientos básicos, pero en realidad, la química aporta soluciones todos los días en nuestra vida”, aseguró.

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