
Con una charla cumplida en la sede de la Sociedad Suiza, el escritor entrerriano Elbio Woeffray presentó en Paysandú su libro “La Terra Preta. El oro perdido de Orellana y de cómo volver a alimentar al mundo”. Ingeniero, docente universitario, investigador en historia y en soluciones energéticas renovables, Woeffray ya había presentado en Paysandú otros de sus trabajos anteriores, siempre con exposiciones tan amenas como cargadas de datos, en las que también está presente, además, un marcado espíritu de integración entre uruguayos y entrerrianos. La presentación tuvo una destacada asistencia de público, que acompañó con atención las explicaciones del autor.
En este nuevo libro, Woeffray expone cómo los pueblos originarios del Amazonas desarrollaron, hace siglos, técnicas agrícolas que aún hoy resultan sorprendentes, capaces de sostener la producción de alimentos de manera sustentable y que podrían ser muy útiles en contextos y momentos críticos de la humanidad. La llamada terra preta (“tierra negra”, en castellano), explicó, no es un fenómeno natural sino el fruto de una intervención humana sistemática. Se obtenía mezclando restos orgánicos, carbón vegetal, cenizas, desechos y fragmentos de cerámica, que se incorporaban a pequeñas parcelas para generar un suelo fértil y duradero, capaz de sostener la agricultura durante generaciones.
Según las conclusiones del autor, este legado indígena muestra un conocimiento avanzado y sostenible de la tierra, que pone en cuestión que quienes realizaban estas prácticas fueran sociedades primitivas y poco evolucionadas.
Respaldado por mapas, documentos e imágenes, el autor contextualizó el tema a partir de una de sus investigaciones anteriores, la que llevó adelante en torno a la fundación, en la década de 1660, de Santo Domingo de Soriano. Este pueblo, hoy en territorio uruguayo, en sus orígenes se hallaba en lo que actualmente es Entre Ríos, al sur de Gualeguaychú. En esa zona se hallaron montículos que, según el autor, por su composición también habrían sido creados para mejorar la fertilidad del suelo. Luego repasó los viajes de exploradores europeos como Francisco de Orellana, en el siglo XVI, donde aparecen los primeros registros de estas tierras en la cuenca amazónica. En el último segmento, Woeffray conectó aquellos saberes ancestrales con experiencias actuales, como las que se han desarrollado en el establecimiento “Tranqueras de Colón”, en San José, con muy buenos resultados.
La charla marcó el cierre de la programación de agosto en la Sociedad Suiza, organizada en el marco de la conmemoración de los 734 años de la Confederación Helvética.
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