El Día de los Difuntos movilizó a los sanduceros
Desde muy temprano en la mañana, el Cementerio Central comenzó a recibir cientos de personas que se acercaron para dejar una flor o simplemente estar un rato en el sitio donde descansan los restos de sus seres queridos. Como cada año, a las 9:30, una considerable cantidad de fieles participaron en la misa celebrada por el sacerdote Miguel Suárez (de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo) en la necrópolis local, como ya es una tradición.
El lugar con sus cuidados jardines y la fuente a la entrada con el agua cristalina, ya desde el ingreso ofrecía un ambiente de calma, con respetados silencios. La mayor concurrencia se dio en las primeras horas de la mañana, antes de que el sol empezara a elevar la temperatura, en un día que fue muy cálido. De todas formas, hasta el cierre, la entrada y salida de los visitantes fue continua.
En el interior, muchos carteles indicaban no colocar flores naturales, un pedido que se realiza desde hace años, para evitar agua estancada, olores y proliferación de insectos; pero las personas (y especialmente en esta fecha) las llevan igual, la mayoría teniendo la precaución de colocarlas en arena húmeda y no en recipientes con agua. Las flores duran menos, pero las prefieren, según nos dijeron algunos de los presentes.
En las afueras del cementerio, EL TELEGRAFO visitó algunos de los puestos de venta. Hay quienes se instalan solamente este día, y otros que están desde hace años en el mismo lugar; todos ellos coincidieron en que en este momento lo que más se vende es lo más económico, la intención es llevar algo de manera representativa. Maru y Osvaldo ofrecían ramos de flores naturales a partir de $200; y las artificiales por unidad desde $20. Por su parte, el puesto atendido por Karina coincidió en que lo que más vende es lo más barato, las varitas de flores artificiales desde $30 o ramitos chicos a partir de $100. La misma situación sucede en el puesto familiar que está hace muchos años, ayer atendido por Daiana, donde lo que más se vendió fueron los pimpollos artificiales a $20 o $30. Algo en lo que coincidieron todos los consultados, es que el paso de los años no ha menguado la cantidad de visitantes en esta fecha; aunque llueva torrencialmente o haya alerta como pasó hace un par de años.
La principal necrópolis quedó repleta de los colores de las ofrendas, diferenciándola de cualquier otro día.












