Comprometidos con la atención de salud

En todos los ámbitos, la pandemia modificó los planes y los estudiantes que se habían radicado en Paysandú retornaron a sus ciudades de origen. La convocatoria desde la carrera a sumarse voluntariamente al servicio de asistencia fue bien recibida y evidencia un gran compromiso con la atención de salud de los estudiantes universitarios.

Para Marcos Rodríguez, 27 años, oriundo de Paysandú, la presente “es una experiencia personal y profesional nueva y me resulta muy importante formar parte de un gran grupo. Nos sumamos a un ambiente nuevo y nos han recibido muy bien”, compartió. Agregó que con el equipo están muy concentrados “en tratar de aportar desde el lugar y el saber propio, poner a disposición lo que ya sabemos, y lo que las investigaciones que van saliendo nos aportan para generar nuevas herramientas para los que vienen”. Para Rodríguez, esta experiencia “es algo muy significativo, creemos que va a dejar planteadas bases para que sigan trabajando los compañeros que vengan. Aprendemos mucho del trabajo conjunto, está bueno cuando el mismo problema se toma desde distintos puntos de vista y realmente se ven resultados favorables”.

Juan Pedro Padilla, estudiante de Rivera (23 años), agregó que al presentarse la convocatoria para participar en este programa, en el contexto de la pandemia no le resultó demasiado sencillo tomar la decisión de trasladarse de regreso a Paysandú para participar. “No fue fácil por varios motivos pero se fue pensando y me decidí. Es un gran desafío porque se convive con la muerte de una manera muy cercana, pero creo que se está haciendo un lindo trabajo y que va a tener buenos resultados. Vamos cada día tratando de pensar en el bienestar del paciente, pensando que podría ser un familiar, con mucho compromiso con las personas”, relató Padilla.

Destacó que contaron con “un período de adaptación y la capacitación que fue muy buena. Es un trabajo grande, porque son muchos pacientes pero es un trabajo que se hace planificado y creo que estamos haciendo bien las cosas”. Reflexionó que al llegar cada día es un gran desafío: “ningún día es igual al otro, es muy conmovedor y hay que saber llevar la situación pero entre todos y con los profes nos vamos apoyando”.

En el mismo sentido, Florencia García (24 años, de Mercedes) coincidió que para asumir su participación fue algo que pensó bastante, “pero la verdad es que fue una de las mejores decisiones que he tomado, es una etapa final de la carrera que la verdad se me está pasando muy muy rápido y hace querer más la profesión y la carrera”. Reflexionó que “capaz no es un contexto para disfrutar pero cuando uno va ahí, se siente parte, conoce otro ámbito de trabajo diferente al de las salas en las que veníamos formándonos en la práctica, el compartir con nurses, doctores, estar en el día a día de los pacientes viendo que aportás para mejorar la calidad de vida de los pacientes es gratificante. Obviamente que choca entrar al CTI y encontrarse con que el paciente que atendiste el día anterior no está y eso también hay que trabajarlo desde lo emocional. Pero también hay situaciones muy lindas como una señora que hacía dos semanas estaba completamente sedada y la veníamos tratando y le hablábamos y luego despertó y nos saludó, se está recuperando y eso nos da gran alegría”.

Florencia Cardozo (24 años, Tacuarembó) comparte con sus compañeros que fue difícil tomar la decisión inicial pero también celebra haberse embarcado y volver a Paysandú. “Estaba todo el tema de cuidar la propia familia y venir a algo que es nuevo para todos, nueva la enfermedad, atender pacientes de estas características, enfrentarse realmente a la pandemia pero, realmente, ver los pacientes que se sobreponen en cuidados intensivos, que pasan a sala, que le dan el alta, te da otra perspectiva de la enfermedad y del trabajo del personal de salud sintiendo que aportás desde tu profesión”.