“Paysandú fue de las primeras ciudades que apadrinó a Márama”

Pablo Arnoletti y Agustín Casanova, de Márama, brindaron conferencia de prensa.

Previo a su espectacular show en el Anfiteatro, Agustín Casanova y Pablo Arnoletti, de Márama, brindaron una conferencia de prensa en donde conversaron de todos los temas. “La esencia de Márama volvió”, celebró el cantante de la banda uruguaya que ha llenado teatros tanto en nuestro país como en el exterior. “Volvió Márama con la impronta de siempre, volvimos con la cumbia pop”, reafirmó Arnoletti, percusionista del grupo.

El Anfiteatro fue uno de los últimos escenarios al que se subió la banda uruguaya previo a su separación en 2017, y ahora los volvió a ver juntos luego de mucho tiempo. Eso genera “muchas sensaciones por el hecho de estar acá por tercera vez, volver a este escenario es un placer y demuestra que la gente sigue confiando en nosotros para divertirse o ver un buen show”, señaló Casanova. “Es un festival de mucho prestigio y poder estar acá es buenísimo”, añadió Arnoletti.

Músicos desde muy niños, vivieron el auge del grupo siendo muy jóvenes. El percusionista comenzó sus estudios de música con 12 años y cuando surgió la banda tenía 17, en tanto el cantante inició su incursión en el canto con 9 años y a los 20 ya estaba en diferentes escenarios del país y de Latinoamérica.
Felices de volver a nuestro departamento, Casanova recordó que “cuando empezó Márama, Paysandú fue de las primeras ciudades que nos apadrinó, fue muy fuerte porque la gente nos iba a ver y a uno esos recuerdos le quedan”.

“Si desde el minuto cero cuando veníamos al boliche nos iban a ver y cantaban canciones eso queda marcado para siempre. Es una alegría y un poco de confianza, porque sabemos que les gusta lo que hacemos y eso es lo lindo, es como sentirse en casa para nosotros”.

“Perdurar en el tiempo es difícil”

“El mundo demanda muchas cosas de un artista, perdurar el tiempo con una banda es muy difícil”, aseguró Casanova. “Antes una banda pegaba un tema y lo repetía durante años, sucede con varias bandas o grupos hasta hoy en día”.
“Perdurar como banda es difícil, es una presión sicológica, de la gente, sacar buena música, combatir contra el cansancio, contra lo que lo gusta a la gente y uno mismo, son desafíos diarios”, argumentó.