Hacia la producción con base agroecológica

En un país como Uruguay, que históricamente ha dependido de sus recursos naturales y fundamentalmente de su producción de base agropecuaria, el hacerlo en forma ecológicamente amigable debe ser considerado como un diferencial de valor agregado en el presente pero sobre todo de cara al futuro, en un mundo donde la degradación del medio ambiente es cosa de todos los días, de la mano con el crecimiento de la población mundial y la contaminación.
En este contexto es pertinente ubicar la reciente presentación del Plan Nacional de Producción con Bases Agroecológicas, que tuvo lugar la semana anterior en el Salón de los Pasos Perdidos del Parlamento y contó con las exposiciones de Adrián Peña, ministro de Ambiente; Sebastián Da Silva, presidente de la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado; Juan Moreno, presidente de la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de Diputados; Natalia Bajsa, de la Red de Agroecología; Irina Aldabe, de la Red de Semillas; Rafael Vidal, integrante de la Comisión Honoraria de Agroecología por la UdelaR; y Eduardo Blasina, presidente de la Comisión Honoraria de Agroecología. También participó el ministro Fernando Mattos, quien expuso sobre el plan a la distancia por encontrarse en el Interior del país.
En esta presentación en el Parlamento los disertantes expresaron que el cometido del diseño del plan se logró cumplir en una primera etapa, logrando mantener el consenso de las partes y construirse a nivel parlamentario.
Esta iniciativa responde a la ley 19.717 que declara de interés general a la producción con bases agroecológicas, que tiene por objetivo la promoción y desarrollo de sistemas de producción, distribución y consumo de productos de base agroecológica para fortalecer la soberanía y la seguridad alimentaria, contribuir al cuidado del ambiente y mejorar la calidad de vida. Tiene como sujeto principal a los productores familiares agropecuarios, así como los sistemas de producción agrícola urbana y suburbana.
Es de subrayar que la norma fue votada por todos los partidos y se constituyó una comisión que tiene participación de la órbita pública y de las organizaciones sociales. Se encomendó a esa comisión la elaboración de un plan, que finalmente fue acordado, en tanto el consenso que tuvo el Parlamento también lo tuvo la comisión para presentar este documento que fue aprobado unánimemente.
En lo que refiere a la problemática que involucra, la Ley N.º 19717 entiende por Agroecología “la aplicación de los conceptos y principios ecológicos al diseño, desarrollo y gestión de ecosistemas agrícolas sostenibles”, en una definición amplia y sistémica de la agroecología, abarcando la producción, distribución y consumo de productos en estado natural o procesados, no limitada al ámbito biofísico y/o tecnológico, incorporando la dimensión socioeconómica, cultural y objetivos de soberanía y seguridad alimentaria y calidad de vida.
La seguridad alimentaria implica especialmente el acceso físico y económico para todas las personas en todo momento a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana, teniendo como práctica promover la diversidad cultural, siendo ambiental, cultural, económica y socialmente sustentables.
Además, existen múltiples formas de practicar la agricultura que, a partir de un enfoque o base agroecológica permiten avanzar en la sustentabilidad de los agroecosistemas. Entre ellas se mencionan la agricultura ecológica u orgánica, agricultura biodinámica, permacultura, sistemas agroforestales, sistemas agrícola- ganaderos integrados, rotaciones, cultivos de cobertura, policultivos.
Este tipo de producción se basa en determinadas normas que regulan el vínculo con los consumidores, aunque esto no implica que la certificación sea una herramienta necesaria para todos los casos, pero sí que las normas técnicas desarrolladas son de utilidad para la gestión de estos sistemas productivos y sus etapas de transición.
Ahora, más allá de los compartibles enunciados de buenas intenciones en cuanto a normas de producción amigables con el medio ambiente, siempre de recibo, debe evaluarse la idea desde el punto de vista práctico como valor agregado a presentar ante los mercados, a un consumidor que efectivamente puede estar ávido de acceder a productos que salen de procesos naturales, pero no siempre dispuesto a pagar el costo adicional de este tipo de producción.
El énfasis del proyecto se centra en promover producciones mediante la instrumentación de asistencia a la transición agroecológica a productores familiares, fomento de huertas educativas, comunitarias y familiares urbanas y suburbanas, fortalecimiento y difusión de los Sistemas Participativos de Garantía (SPGs), aumento de la biodiversidad y volumen de producción y además promover las compras estatales de producción de base agroecológica.
Asimismo, se complementa con expansión y promoción de la comercialización de la producción agroecológica en ferias, mercados, pequeños comercios, tiendas especializadas, fortalecimiento de las capacidades de acopio, logística y distribución de las organizaciones de consumidores y productores agroecológicos, como así también fomento a la venta directa consumidor-productor, junto con incentivar el agregado de valor a nivel local de productos agroecológicos y fomento de mercados regionales de productos agroecológicos en el Cono Sur.
Incluye el proyecto de formación de grado y posgrado para profesionales, y proyecto de formación para promotores en Agroecología junto a las redes y organizaciones de productores familiares.
El proyecto responde a objetivos plausibles y conlleva varias líneas de acción que tienden a generar por lo menos un nicho significativo de producción, comercialización y capacitación profesional en el área de la producción ecológica a través de una coordinación de instrumentos que tienden a este fin, en lugar de medidas aisladas improvisadas de dudosa efectividad.
Es de esperar que este impulso no se diluya con el paso del tiempo y constituya no solo un marco adecuado para su desarrollo, sino que se incorpore como una política de Estado y se repotencie y mejore en cada gobierno, por encima de partidos.