En el Este del departamento de Paysandú aguardan imperiosamente precipitaciones

“Son varios meses en donde el registro pluviométrico no ha superado los 20 milímetros, y la situación ya se vuelve muy preocupante”, señaló a EL TELEGRAFO un productor del Este del departamento de Paysandú, sumamente preocupado por el impacto que el déficit hídrico tiene en los campos duros del basalto.
Precisamente dijo que “no son campos fáciles para el forraje si no llueve, y fundamentalmente en la primavera, y como ya tenemos experiencia de las dos primaveras pasadas en donde también nos fallaron las lluvias, reconocemos que cada episodio de inestabilidad climática que falle, nos complica a pasos agigantados”.

El productor que tiene establecimiento en la zona de Piñera, comentó que el año pasado “cuando se puso complicada la cosa con la falta de agua, aliviané el campo y tuve que vender algunas categorías de ganado que no tenía previsto. Pero después de la mitad de enero empezó a llover y subió el precio del ganado, y cuando eso ocurre te querés matar”, dijo.

“Hoy ya estamos pensando en tomar medidas, pero viste como es esto”, sostiene levantando los hombros y con gesto de incertidumbre.
“Tenés que ir semana a semana viendo el panorama. Ahora anuncian precipitaciones para este lunes, y tendremos que esperar a ver qué pasa. Se que no llueve pasto, pero de 40 o 50 milímetros para arriba ya nos cambia el ánimo”.
En cambio, indica que de no llover este fin de semana, “ya tendremos que tomar una decisión urgente de volver a sacar ganado del campo, porque además de que anuncian una ola de calor para la semana, no aparecen anuncios de lluvias para lo que resta de noviembre, y se nos van secando las cañadas falsas y tajamares, y el pasto no viene”.

“En mi caso y el de varios productores que conozco y conversamos habitualmente, sé que tratan de ajustar la carga ganadera”, sostiene el productor, “pero llega un momento en donde ya no sabés qué hacer, porque aplicás todas las herramientas posibles, pero la falta de lluvias y especialmente en primavera, genera un descalabro importante que muchas veces no sabes como prepararte”.
Sobre el último episodio de lluvias, comentaba que “yo estaba en Paysandú el domingo pasado y veía llover y quedás como animado, ansioso de saber qué está pasando en el campo, pero cuando llamo a papá y me dice que por ahí nada, te agarra una sensación extraña de porqué en un país tan chico como Uruguay, las diferencias de precipitaciones son tan importantes”.

Lo mismo le sucedió a un productor de ruta 90, a unos 35 kilómetros de la ciudad de Paysandú. Ese domingo 13 de noviembre el agua caída fue de 5 milímetros –prácticamente nada teniendo en cuenta la necesidad de agua de los campos–, pero en un predio ubicado a menos de 5 kilómetros de ahí, llovieron más de 30 milímetros.
“Y te desanima” explica el productor que no recibió lluvias ese día. Pero también tengo que ser sincero, y en otros episodios recientes tuvimos registros que se pueden considerar buenos, así que no puedo quejarme mucho, y más teniendo en cuenta que de Guichón al Este hay amplias zonas en donde no llueve bien hace meses”.

Hotel de terneros

Para la zona Este del departamento, que este año se logre instalar nuevamente el Hotel de Terneros en la Liga del Trabajo de Guichón, será fundamental para brindarle una mejor alimentación a los terneros que están naciendo, pero también para que el productor puede dedicarle más tiempo a los vientres que quedan en el establecimiento.

Tras el último encuentro con el ministro de Ganadería, Fernando Mattos, que se concretó el pasado lunes 10 de octubre, desde la mencionada institución se trabaja en la elaboración de un documento que será entregado al ministerio, para volver a implementarlo.
Un aspecto importante para poner en práctica el sistema, será qué tipo de ayuda llegará desde el organismo de Estado. A partir de ahí, se deberán afinar números, ver que otras instituciones colaboran en el Hotel –el año pasado estuvo el Instituto Plan Agropecuario–, y de ahí ver la rentabilidad del emprendimiento, y si los números a los que se lleguen son viables para que los productores arrimen sus terneros.