Exhiben “Columnas quebradas”, notable documental sobre la “clase” trabajadora

Mañana a las 19, en la sala Héctor Ferrari, del Centro Universitario (Montevideo 1028) se proyectará la película documental “Columnas Quebradas”, de Mario Handler, que parte de la premisa aproximarse a la realidad trabajadora de la manera más sencilla y honesta posible. Los obreros de hoy no son los mismos que los de hace cincuenta años, ni tampoco lo son las razones que los mueven ni el mundo que habitan. El Uruguay cambió mucho, sin embargo hay algunas cosas que siguen igual: el sacrificio y el trabajo.
Aunque estrenado hace varios años, mantiene actualidad por el enfoque cinematográfico. Es una producción conjunta de Paysandú Gestiona Cultura con el Pit Cnt Paysandú. La entrada es libre y gratuita.

Pero no se trata de una película sobre la lucha sindical, no quiere concentrar la atención en la cuestión de clases solamente,sino mostrar, a través de una mirada desprejuiciada, a los obreros con todas las facetas que los componen, sin caer en una construcción idealista del trabajador. Los muestra en sus casas, con sus parejas y sus hijos.

Los muestra contradictorios, diversos, demagogos, simples y complejos.
De hecho, el tema de la clase social es una línea transversal que recorre las películas de Handler, como los considera en “Aparte” (2003) y “El voto que el alma pronuncia” (2011). La forma de mostrar las cosas quiere dar voz, más que nada, a la clase popular. En “Columnas Quebradas” obviamente que está la mirada del documentalista, pero con tal estilo que la es la que se revela a sí misma y está siempre presente.
Handler debutó con la película “Vanguardista” en 1958. Después viajó a Alemania donde realizó una pasantía en cine científico en el IWF (Institut für den Wissenschaftlichen Film). En Checoslovaquia realizó un documental llamado “En Praga”.

Siguió con “Carlos”, cine-retrato de un caminante y “Me gustan los estudiantes”, realizados a principios de los años 60. Filmó luego “Liber Arce” (1969); “El Problema de la Carne y Fray Bentos: una Epidemia de Sarampión” (1973) con Walter Tournier y Sergio Villaverde, que Handler no completa por su partida a Venezuela a fines de 1972, debido al inminente ascenso al poder de las fuerzas militares y el posterior golpe de estado. La obra posterior de Handler en Venezuela, a partir de 1973, implica algunas transformaciones.
Evoca la dominación colonial y las raíces culturales (“Dos puertos y un cerro”, 1975; “Tiempo colonial”, 1976); examina formas de sincretismo y religiosidad popular (“María Lionza, un culto de Venezuela”, codirigida con Raquel Romero, 1980.)
Después de varios años de exilio, regresa a Uruguay en 1999. En el 2000 entra como catedrático en Cine Audiovisual en la Universidad de la República. A partir de este año realiza 5 películas más. Hacia el 2001 filma y dirige el largometraje “Aparte”, que se estrena en 2003 y en 2007 filma “Aparte y Elecciones”. En ese mismo año dirige “Decile a Mario que no vuelva”, largometraje sobre la dictadura cívico-militar y su exilio.