Travesía hasta Isla Brasilera reivindicó la rica herencia misionera de la región

 

Días pasados se llevó a cabo un evento de suma trascendencia para la convivencia de los pueblos de la triple frontera que conforman Barra do Quaraí, Bella Unión y Monte Caseros, que está atravesando tiempos de muchos entendimientos y proyectos en común. El más emblemático de ellos es la conformación de un corredor trinacional entre las áreas protegidas que existen en la zona: Parque Espinilho en Brasil, Rincón de Franquía y La Defensa, en la desembocadura del Miriñay, del lado argentino.

Pero a partir de este proyecto ecológico se han tendido otros lazos por intereses en común entre los pueblos y allí hay un poderoso denominador común, del que en los últimos años se habla cada vez más: el pasado misionero de la región. La excusa fue el aniversario de la emancipación del Municipio de Barra do Quaraí, pero esos dos puntos de interés, historia y ecología, fueron los que convocaron a una travesía de la que tomaron parte más de 150 kayakistas desde las tres orillas: de Salto, de Concordia, de Monte Caseros, de Bella Unión, de Uruguayana.

La travesía, que se realizó durante un fin de semana, partió desde territorio brasileño, por tierra, unos 40 kilómetros aguas arriba de Bella Unión por el río Uruguay, para luego comenzar la parte acuática del paseo.

AMIGOS

El profesor de Historia y guía turístico, Sebastián Vallejos, de Monte Caseros, Corrientes, indicó que muchos de este grupo de amigos de la triple frontera comparten ambos intereses. “Conformamos muchos de nosotros oenegés ambientalistas”, entre ellas algunas de las que están al frente de la gestión de las áreas protegidas.
“Me dedico a la investigación histórica, y cómo no reivindicar a los guaraníes, teniendo un pasado tan rico, teniendo acá nosotros en el departamento de Monte Caseros, muy cerca al río Miriñay, la última capital de las misiones, que es Asunción del Cambaí, teniendo Bella Unión como pueblo misionero y teniendo a Barra do Quaraí como parte de esa gran estancia de Yapeyú, que nos congrega a todos en la misma historia”, refirió.
Vallejos indicó que el río fue la vía de navegación, “la vía de comunicación que tenían los guaraníes con los jesuitas, con los monjes jesuitas, en su momento de mayor esplendor. Las islas donde estamos nosotros, la Isla Brasilera además como base de sus arduas travesías río arriba y río abajo. Ellos tenían sus descansos acá en las islas de la región y nosotros tratamos de reivindicar un poco eso”.

RECORRIDO

La partida por agua fue –por tomar una referencia– desde las cercanías de la población correntina de Bonpland, pero en la orilla de enfrente. “Largamos de costas brasileras para llegar a la Isla Brasilera. Ahí pernoctamos, hicimos un campamento, cenamos. Al otro día nos levantamos muy temprano, volvimos a retomar bordeando las islas hacia el norte, donde se realizó una misa con la colocación de una cruz misionera, la cruz doblegada, como una forma de reivindicar esos territorios como territorio misionero”, relató Vallejos.
La celebración religiosa la oficiaron simbólicamente “tres curas, de Argentina, Uruguay y Brasil. Después salimos hacia el río Cuareim e hicimos unos siete kilómetros hacia la ciudad de Barra do Quaraí, donde almorzamos, para luego retornar cada uno a nuestro lugar de origen”, prosiguió. En el medio las circunstancias plantearon un desafío: “por cuestiones climáticas tuvimos todos los factores: tuvimos lluvia, creciente y tuvimos un hermoso sol también. Fue reivindicar en dos días algo que para los guaraníes y misioneros hacían todos los días”, recordó Vallejos, quien desde su ciudad organiza recorridos por la zona.

DENOMINACIÓN

Otro de los participantes en la travesía fue el investigador uruguayo Daniel Cortazzo, quien compartió la misma emoción de la que hablaba su par correntino y refirió a la intención de promover un cambio de denominación para la emblemática isla que, como se sabe, es un límite contestado entre Brasil y Uruguay y su denominación en cierta forma, sinónimo de esta discordia.
“Con investigadores de los tres lugares se vio la posibilidad de que la isla brasilera pasase a ser llamada isla Antonio Sepp”, indicó.
Cortazzo explicó que “Antonio Sepp es un personaje que vincula a las tres naciones por haber actuado entre 1691 y 1728, tanto en Argentina como en el Brasil. Fue el primer sacerdote que relató el viaje desde Buenos Aires hasta Yapeyú por el río Uruguay”. Sepp además fue músico y por promover esta actividad fue largamente reconocido en la región por aquellos años.
Para el investigador la historia del lugar ofrece una oportunidad muy importante. “A partir de formar un corredor de reserva de flora y fauna las fuerzas vivas se fueron juntando y empezaron a aparecer cosas. Va a ser fundamental para desarrollar un turismo de esa índole, tanto de observación de aves, de reconocimiento de flora, como de reconocimiento histórico también”, dijo.