Veinte años de construcción ciudadana y desarrollo regional

No soplaban los mejores vientos para nuestro país en aquel otoño del año 2003 cuando un grupo de sanduceros tomamos la decisión de crear un ámbito plural y abierto para discutir sobre diversos temas como forma de aportar a la construcción ciudadana y al desarrollo departamental y regional. Eran tiempos difíciles, y tal vez por ello mismo, un momento oportuno para reunirse y proyectar un futuro mejor. En una época en la cual la palabra “resiliencia” no era usada en forma frecuente por la opinión pública, quienes resolvimos llevar adelante esta iniciativa la estábamos transformando en una realidad mediante acciones tangibles.
Una de las particularidades de nuestra institución es la forma en la cual hemos trabajado en pos de tales objetivos. Ajenos a toda orientación religiosa, filosófica o político partidaria, hemos convocado a mujeres y hombres con distintas opiniones sobre diversos temas, generando insumos y aportes de diversa índole para el fortalecimiento de la democracia. Es así que, luego de dos décadas de actividad ininterrumpida y en un mundo plagado de noticias falsas, posverdad, fanatismos de distinta clase, falta de argumentos fundados y discursos de odio, la actividad del CEP adquiere y mantiene una vigencia vital y necesaria. Se trata nada menos que de crear un espacio para escuchar, dialogar, reflexionar y hacer. Un ámbito de reflexión, pero también de concreción. Un ámbito para viabilizar espacios de encuentro y reflexión que ayuden a construir consensos básicos y entendimientos sociales y políticos más allá de los períodos de gobierno de cada administración departamental y nacional. Un círculo virtuoso que puede resumirse en la frase “pensar, decir y hacer” como fórmula operativa para obtener resultados concretos en beneficio de sus destinatarios. Somos conscientes que son muchas las situaciones que, en distintos lugares y de distinto origen, necesitan soluciones en nuestro departamento, en la región y en el país todo. Como institución apostamos a cumplir con nuestra parte para lograr que las mismas puedan concretarse de manera consensuada, cuanto antes y con carácter permanente.
En esa tarea de indudable relevancia, nuestra institución ha practicado una permanente e indeclinable defensa de la democracia y de las libertades públicas a través de la tolerancia, pero no una tolerancia perezosa o indolente sino de una tolerancia activa y comprometida; una tolerancia militante si se me permite la expresión. Una tolerancia que defiende con hechos aquello que pregona y que tanto siembra como cosecha, porque al fin al cabo ambas acciones forman parte de un mismo ciclo: el tratar de progresar como sociedad dejando a nuestros hijos un mundo mejor que el que hemos recibido. Al decir del periodista y escritor español Juan Luis Cebrián, “lo que ha unido al género humano, desde su creación, han sido las preguntas. En la pluralidad de las respuestas reside, precisamente, el privilegio y la fortaleza de las democracias.” (…) En un país libre, la democracia no es la solución para nada, sino una condición para todo.” Sumado a las tareas de construcción ciudadana, nuestra institución se ha preocupado y ocupado por aportar ideas y propuestas para el desarrollo de Paysandú y la región, para lo cual hemos convocado a distintos protagonistas del quehacer departamental y regional para poder aunar visiones, esfuerzos y acciones que ayuden al bienestar sostenible de las comunidades que conforman dicho espacio geográfico. La publicación de este suplemento, que conmemora los veinte años de nuestra institución y que será distribuido en los departamentos de Paysandú, Río Negro y Salto, es un ejemplo de esa política institucional.
En esa tarea, los temas abordados durante todo ese tiempo han sido muchos: educación, economía, derechos humanos, historia, comercio internacional, ciencia política, empleo, logística, niñez y adolescencia, cultura, salud, mercado de valores, juventud, forestación, captación de inversiones, políticas públicas, turismo, descentralización, agricultura, tecnologías de la información, relaciones internacionales, diversidad, desarrollo, eutanasia, igualdad de género, emprendedurismo, Mercosur, ambiente y sostenibilidad, migraciones, administración, integración fronteriza en el litoral, empleabilidad para jóvenes, participación ciudadana, vivienda y economía social, entre tantos otros. También han sido muchos los lugares en los cuales hemos trabajado con esos objetivos, combinando e intercambiando conocimientos y experiencias tanto globales como locales con jóvenes y técnicos uruguayos y extranjeros en países tales como España, Francia, Hungría, India, Italia, Perú, Polonia, Portugal.
Así pues, en el CEP hemos trabajado desde, por y para el departamento y la región, sumando para ello a referentes técnicos, políticos, culturales y sociales en cada una de las áreas involucradas, generando de esa forma una sinergia altamente enriquecedora entre conocimiento, experiencia y trabajo de campo en y desde lo local. El futuro nos encontrará con nuevos desafíos y logros, pero en la misma senda: la de promover el diálogo, la investigación y el desarrollo territorial de Paysandú y de la región para construir entre todos un país moderno, justo y solidario. Ese sigue siendo, veinte años después, el compromiso del Centro de Estudios Paysandú.