“Uno de cada 500 uruguayos sufrió la dictadura de alguna forma”

A 50 años del Golpe de Estado, el historiador Carlos Demasi orientó un conversatorio en la sede de la Asociación de Bancarios Uruguay (AEBU), organizado por la Comisión de la Memoria y la Intersocial Paysandú, donde expuso aspectos relevantes de un proceso que tuvo la particularidad de “darse por etapas”, a diferencia de otros sucesos ocurridos en la época como el bombardeo al Palacio de la Moneda en Chile.

Demasi señala que el recuerdo del hecho histórico atraviesa a todas las generaciones, aún a quienes no fueron protagonistas directos. “Si bien es cierto que hay generaciones que no lo vivieron, tienen familiares que sí. Se calcula que uno de cada 500 uruguayos sufrió la dictadura de alguna forma. Ya sea por exilio, destitución, prisión breve o prolongada. Es decir, que es muy común que en las familias haya una referencia a esa situación”, señaló el historiador a EL TELEGRAFO.

Explicó que “por otro lado, hay una empatía muy interesante. A los jóvenes les interesa. En líneas generales cuando a un grupo de jóvenes se le plantea el tema de la dictadura y se los convoca, vienen muchísimos. Suelen hacer preguntas interesantes que no tienen que ver con lo que estamos acostumbrados a contestar”.

Recordó un planteo realizado en una de sus exposiciones cuando “alguien dijo que los jóvenes de entonces eran muy militantes. ¿Y qué quiere decir ser muy militante? Los veteranos sabemos de lo que se trata. Pero ¿qué significa ser muy militante? Porque al final los jóvenes estudian un poco, se divierten o bailan un poco. Es decir, tienen una capacidad de percibir esa distancia y ponerla en palabras”.

Reseñó que “el tema principal es que con la dictadura caducaron todos los derechos individuales y las formas normales de convivencia. La dictadura atacó a todos y en su momento, todos andaban con miedo. Aquellos que dicen que en los tiempos de la dictadura estábamos mejor, tienen una amnesia profunda. Además, esos cambios tampoco se produjeron de un día para el otro. Fue un proceso gradual en el que la convivencia política, la democracia, las instituciones y la vigencia de la Constitución se fueron deteriorando gradualmente”.

Demasi consignó que “tenemos que estar muy alertas a eso. Es decir, estas situaciones no se producen de un día para otro. Hay signos que aparecen y se preparan de a poco. La sociedad debe estar alerta para percibir esos signos y corregirlos antes que se transformen en un problema mayor”.

Es la reflexión 50 años después y “comprende, incluso, a las situaciones mínimas. Que se denuncien, ya es importante porque hace notar por dónde pasa la línea. Es que al principio, todo es remediable, como dijo Artigas. Pero, después, se pone mucho más difícil”.

La fecha

Los historiadores intercambian acerca de la fecha precisa del Golpe de Estado. “En Uruguay no hay un gesto dramático, como puede ser el bombardeo al Palacio de La Moneda en Chile o el helicóptero que se lleva a Isabel Perón en Argentina, sino que es algo mucho menos dramático y hasta banal. El presidente de la República aparece diciendo un discurso por televisión. Normalmente los presidentes lo hacen. Tuvo de particular esa gradualidad y es lo que hoy nos resulta curioso”, puntualiza el historiador.

Demasi señaló también que “más allá de los debates que tenemos los historiadores, la población resuelve la fecha para su conmemoración. Yo coincido con el 27 de junio, aunque señalo que febrero fue un paso importante y antes –en el año 1972– se habían dado unos pasos”. El historiador agregó que “fue una pendiente gradual y hay que marcar el nivel donde se dio el Golpe de Estado. También coincido que el cambio que se produjo en febrero fue un Golpe de Estado técnico, pero el cambio que se dio en junio, es un Golpe de Estado mucho más visible y dramático que despertó toda la reacción en su momento”.