Paycueros advierte que ya no es viable terminar cuero en Paysandú para el mercado asiático

La situación de la empresa curtidora fue planteada por la empresa a los senadores de la comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social.

La empresa Paycueros, representada por su director, Diego Stein, y el asesor legal, Rodrigo De León, fueron recibidos por la comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social del Senado, donde señalaron que es “prácticamente irreversible que hoy, en el contexto mundial” la planta sanducera “pueda terminar la misma cantidad de cueros que terminaba antes”. En la reunión con los parlamentarios, Stein aclaró que “la planta de terminación va a seguir funcionando, pero para abastecer los negocios de la región”, en tanto debido a las transformaciones del mercado global e incremento de la competencia, no será así para los negocios con clientes en Asia.

De León remarcó el costo extra de los fletes para esta empresa que es la única curtiembre ubicada al norte del río Negro y la necesidad por igual para ese rubro de su cercanía con los clientes, ubicados “casi en su totalidad en Asia”.

Explicó que la crisis del sector curtidor a nivel internacional ocurrió por diversos factores. Enumeró, entre otros, el menor consumo de carne a nivel global, menor uso del cuero en prendas de vestir y mayor uso de materiales sintéticos que sustituyen al cuero tanto en la vestimenta como en la tapicería del hogar o automotriz.

Stein señaló que el modelo se trasladó principalmente a Asia, donde la empresa expande su producción a fin de cumplir con los requisitos de los clientes. Comparó que la logística existente en Sudamérica “hace muy difícil” poder cumplir con los tiempos de entrega de un producto que son de 15 a 20 días, una vez que la curtiembre toma el pedido.

Asimismo, recalcó “un cambio en el modelo de producción, una menor concentración de la producción en general en China por aumento de costos, donde esas producciones se van moviendo al sudeste asiático”, en general a Vietnam, Indonesia, India y Camboya.

Valor agregado

Este escenario “ha llevado como resultado a un menor valor agregado de las materias primas en la región” y, como consecuencia “una importantísima caída en la demanda de pedidos de cuero” en la empresa. Según la versión taquigráfica de la comisión, Stein señaló que la empresa se ve obligada “a reformular la manera en que actualmente estamos trabajando en la región donde existen diferentes plantas”.

El jerarca reconoció que por esta circunstancia atraviesan otros competidores a nivel global, en tanto la cantidad de cuero disponible es mayor a la demanda. Definió que “en la actualidad hay un problema estructural; no es que sea algo puntual de una subplanta o de una empresa. Lo que ocurre es que los clientes nos ponen condiciones de negocio –que nosotros podemos aceptarlas o no– que, realmente, hacen muy difícil hacer todo el proceso del cuero de la forma en que lo veníamos realizando en Paysandú o en Uruguay”.

Stein agregó que la empresa sostuvo la producción hasta finales del año pasado a la espera de un cambio. “Ese hecho nos generó una situación compleja en la actualidad” que imposibilita vender en Asia. “Entonces, de alguna forma, tenemos que balancear esos inventarios produciendo menos y, obviamente, teniendo excedentes de capacidad de producción en Asia también”. Explicó que en la actualidad compiten por todos los negocios disponibles. “Eso nos hace ver, nuevamente, que terminar cuero en Uruguay, en el mediano plazo, no es una posibilidad. Y aún menos en el corto plazo”. En este marco, los trabajadores solicitaron renovaciones del seguro de paro. Sin embargo, desde la empresa “decíamos que no veíamos una perspectiva de aumento de actividad en Paysandú en lo que queda del año”. Stein informó a los legisladores que en la planta de terminación hay menos de 50 personas y un total de 500 operarios en la planta. “Todo el proceso del cuero fresco hasta el semiterminado podrá ir aumentando y bajando, pero no es algo que estructuralmente veamos con un cambio permanente”, concluyó.