La saga del Antel Arena agrega un capítulo más en estos días, al anunciar el presidente del organismo, Alejandro Paz, que negociará un nuevo contrato con la empresa que gestiona el complejo para bajar costos y poder realizar “espectáculos más populares”.
Es decir, estamos ante la perspectiva de una concesión adicional para los “uruguayos” (léase montevideanos) que concurren a los espectáculos que promueve un gestor privado, luego que el organismo gastara la friolera de (al menos) 85 millones de dólares en un edificio que se dijo por su creadora, la expresidente de Antel y exintendente de Montevideo Carolina Cosse, tenía un costo de obra previsto de unos cuarenta millones de dólares.
¡Casi nada la diferencia! Pero queda el consuelo de que según la fiscalía, no hubo dolo en el manejo de los dineros públicos, sino que se trató de una inversión desprolija, con desperdicio de recursos y de lujos innecesarios, irregularidades varias que aparentemente no dieron lugar a figuras delictivas hasta donde se investigó, pero sí confusa, con muchas compras “a dedo”, sin apego a las formalidades y a todo color, como si sobrara el dinero de los uruguayos.
Y uruguayos, así, sin comillas esta vez, porque la obra para los montevideanos la pagamos los usuarios de Antel de todo el país, incluso los de los habitantes de los pueblos más lejanos del interior profundo, por ejemplo, que solo van a conocer el Antel Arena por fotos, o de pasada, si algún día tienen que viajar a la capital.
Es que de lo que se ha tratado, más allá del carácter faraónico de la obra y un capricho de la exintendente por aquel entonces presidenta del organismo, fue de sacarle las castañas del fuego a la Intendencia de Montevideo, porque este emprendimiento sustituyó al siniestrado Cilindro Municipal, y a costo de todo el país, le “regaló” el Antel Arena a la intendencia capitalina. Porque además no se trata solo de que el 99 por ciento del público que va a los espectáculos es capitalino, sino que literalmente el Antel Arena pasa a la Intendencia de Montevideo, 30 años después de su construcción, al ser este el plazo de la concesión, --y ya van transcurridos siete-- cuando supuestamente la obra ya estaría paga por los ingresos de venta de entradas y sponsorización, entre otros ingresos posibles para la amortización.
Pero a confesión de parte relevo de pruebas, dice el refrán. Es que el titular de Antel, Alejandro Paz, en entrevista del programa Arriba Gente de Canal 10, expresó entre otros conceptos que “durante los últimos años lamentablemente el Antel Arena fue mala palabra. Nosotros queremos revitalizarlo, queremos que se puedan hacer no solo producciones costosas, para gente que realmente puede pagar una entrada cara, sino que queremos agregar algunas otras producciones y algún otro espectáculo, más populares, por ejemplo finales del handbol, o mismo el básquetbol para el cual a veces el Antel Arena les resulta caro”.
“Queremos hacer modificaciones que permitan algunas producciones para que algunos espectáculos sean más económicos, agregó el jerarca, habida cuenta de que el contrato con la empresa actual termina en diciembre. “Estamos viendo cuál es la modalidad en la que vamos a continuar, lo estamos trabajando, no está 100% cerrado todavía, pero la filosofía, que es lo importante, es apostar a reducir los costos, tanto para quien produce un espectáculo en el Antel Arena, para que puedan venir más espectáculos, como para quien, en conjunto con Antel quiera hacer un espectáculo que no sea de entradas caras, y lo pueda hacer porque se pueda solventar el costo del Antel Arena”, explicó Paz.
Consultado acerca de si la gestión del Antel Arena puede quedar en manos de la empresa estatal, su presidente respondió: “Lo estamos viendo, está en estudio. Es una posibilidad. Gestionarlo a través de otra empresa, o contratar una empresa que lo gestione y vos en definitiva terminás poniendo gente de Antel que controle a esa empresa”, agregó como opciones, a la vez de considerar que “el contrato hay que ajustarlo de tal manera que no haya trabas ni cosas que hagan que se recinto, que es hermoso, sea imposible de pagar”.
El presidente de Antel evaluó que en el año 2024 las ganancias del Antel Arena “rondaron los 2 millones de dólares, 2 millones y poquito”, año “bueno” porque 2022 fue pandemia y 2023 no quiso ni considerarlo, por lo que con una simple cuenta matemática sin considerar amortizaciones ni gastos de actualizaciones que se deberán hacer a futuro si se pretende mantener la calidad del recinto, se necesitaría prácticamente medio siglo para amortizarla, cuando ya en apenas poco más de dos décadas se termina la concesión de la Intendencia de Montevideo.
Eso sin considerar además que la por entonces presidenta de Antel, figura relevante del Partido Comunista, se mandó una obra millonaria para disfrute de los que más tienen, porque las entradas a cualquier espectáculo en el Antel Arena cuesta entre un piso de 2.100 pesos y un valor medio de 4.400 pesos (U$S 100). De popular no tiene nada. Y esto es así por los propios costos del coloso montevideano, que insume millones el sólo abrir sus puertas, porque justamente está pensado para espectáculos de categoría internacional, y eso no se soluciona con gestión. La única alternativa real sería subsidiar los espectáculos, por lo que de las palabras del presidente actual del ente se desprende que es a eso lo que apunta Antel, para poder hacer del mamotreto de Cosse un espacio accesible… para los montevideanos, claro está.
Y al fin de cuentas este podría haber sido solo un tema entre montevideanos, porque el Antel Arena es de y para el público capitalino, pero ocurre que lo pagamos todos los uruguayos, a los que nadie consultó ni les importó, porque como ha ocurrido históricamente, para la dirigencia política nacional primero está Montevideo, que es el “Uruguay”, y después, si queda algo, el país del norte del Santa Lucía.
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